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En febrero de 2021, al preguntar al menorquín Guillermo Coll Florit, entonces comandante naval de Maó, el interés del puerto para la OTAN, su respuesta no admitió matices. «Lleva más de 300 años siendo un enclave estratégico para la Armada en el Mediterráneo, porque es el puerto del Estado situado más al este, lo que lo convierte en la frontera oriental de España, clave para los intereses de la defensa nacional y de la OTAN», afirmó.

Cuando resuenan tambores de guerra en Europa, con un Putin desatado tras la invasión de Ucrania, el Gobierno PSOE-Sumar reconoce de iure lo que ya se venía produciendo de facto: la Estación Naval de Maó es la tercera base naval –logística y operativa– para la flota de la OTAN en España. Lo confirma con un comunicado oficial del «Ministerio de Defensa/España Gobierna» en el que, sin más explicación, ratifica «su papel actual como puerto puntual de escala para las flotas permanentes de la Alianza».

En abril del 2023, hace un año, el Ejecutivo de Pedro Sánchez ofreció Maó a la OTAN como «puerto con autorización diplomática permanente». Qué bello ejercicio de transparencia cuando no hay novedad, porque el diario Menorca tituló en abril de 2022 ‘La OTAN desembarca en Menorca’, con la participación de varios buques españoles en maniobras de la Alianza Atlántica, consistentes en una guerra de minas en aguas menorquinas.

La Base de Maó ha acogido otros ejercicios y da servicios de atraque, avituallamiento y protección a barcos de la OTAN. La confirmación de Maó como enclave de la Alianza no pasa desapercibida. Menorca es noticia en el Pravda, órgano oficial del Partido Comunista de la Federación Rusa, que publica: «Madrid, 29 de marzo. La base naval en el municipio de Mahón, en la isla de Menorca, se ha convertido en la tercera base logística española de buques de la OTAN que operan en el Mediterráneo». Continuará.