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Recomiendo a los defensores de la transparencia y buena gestión del dinero público que lean detalladamente el informe que la Oficina Anticorrupción cuando su director era Jaume Far y sus conclusiones sobre la compra de mascarillas por parte del Govern. Sorprende que algunos dirigentes de los partidos que gobernaban durante la pandemia busquen ahora respuestas (y se muestren tan indignados) ante el escándalo de las mascarillas compradas por el Govern cuando dicha Oficina cumplía su auténtica función y no perseguía a dirigentes políticos de la oposición.
A dicha oficina le sorprendió mucho, por ejemplo, los precios que el Govern de Armengol pagó por las mascarillas, y también el volumen del material adquirido, además de los costes disparatados del transporte, que superaron los 7 millones de euros. Se trata de un documento que puede ser de gran utilidad cuando el Parlament apruebe la creación de una comisión de investigación sobre el ‘caso Koldo’ y sus ramificaciones en Balears. Son más de 200 folios de gran interés en el que, sin embargo, no se detecta ninguna irregularidad en la empresa del antiguo asesor del exministro José Luis Ábalos.
La clave es quién recomendó al Govern la contratación de Soluciones de Gestión para adquirir mascarillas por 3,7 millones, una empresa sin ningún tipo de experiencia en material sanitario y mucho menos en negociaciones con el mercado chino. Ahí la respuesta la tiene la hasta ahora callada presidenta del Congreso, Francina Armengol, quien debe parecerle este escándalo un tema menor que no haya tenido ni un minuto para manifestar, al menos, que todo se hizo de forma correcta y transparente. Y ya de paso que la exconsellera Patricia Gómez o su compañero Iago Negueruela expliquen qué pasó para que se tardasen tres años en intentar devolver a la empresa apadrinada por Koldo unas mascarillas que no estaban homologadas. Los que van cada martes al Parlament deberían intentar conseguir una respuesta de los dos exconsellers socialistas y ahora diputados porque evidentemente 3,7 millones no es una cantidad menor para no dar explicaciones. Y ya de paso, que intenten averiguar todas las empresas de la Comunitat Valenciana que fueron contratadas durante la última legislatura de Armengol. Puede haber alguna sorpresa.