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Mientras aquí nos divertimos con dimonis y eremitas, ahí afuera el mundo está cambiando tanto que de nuestra identidad propia no van a quedar ni las raspas. Mientras presuntos educadores se enfundan unas camisetas verdes que actualmente ya no tienen sentido alguno, lobbys de ámbito internacional sojuzgan a los gobiernos occidentales para que nuestros nietos tengan que renunciar al estado del bienestar que los abuelos conquistamos con tanto esfuerzo. O no os lo explican o no lo queréis entender: casi ninguno de los asuntos que ocupan a la prensa o invaden las redes sociales tiene la menor importancia si lo comparamos con lo que nos va a ocurrir desde mañana mismo.
En mi artículo del pasado domingo explicaba por enésima vez el calvario que deberán pasar los titulares de nuestras explotaciones agrarias si quieren seguir recibiendo las ayudas de la Unión Europea. Mañana insisto trasladando el tema a los ganaderos. No es lugar, ni tengo espacio, para detallar aquí las enormes dificultades que va a suponer la implantación del llamado ‘Quadern Digital’ para los pocos payeses que nos quedan en Balears. Sí que puedo deciros que este tema –del que nadie habla porque lo de las camisetas es más divertido– os va a afectar de lleno aunque no hayáis puesto jamás un pie en tierra de cultivo. La Unión Europea –teóricamente tan liberal y, según se escribe, excesivamente escorada a la derecha– en realidad se rindió hace tiempo a los lobbys que dominan el mundo, en ese caso concreto al falsamente ecologista. Las normativas que se exigirán –a partir de ya– a los agricultores y ganaderos entrañan tanta dificultad que, según los expertos, un 30 % de los titulares de explotaciones van a abandonarlas. ¿Consecuencias? Disminución de las estructuras productivas y subsiguiente encarecimiento de la cesta de la compra. Siempre habrá quien se abrirá camino a través de la intrincada burocracia digital europea, pero no serán l’amo en Tomeu ni madò Maria. Y ahí vamos a parar a lo de siempre: quienes mandan en el mundo nos quieren pobres, aunque no miserables. Siempre habrá ‘ayuditas’ para ir tirando hasta final de mes pero el equilibrio de una sociedad productiva que paga a sus empleados para que estos puedan prosperar se romperá sin remedio. Carestía, escasez... ¿lo vais captando?