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Models, Ulrich Seidl, 1999, es una película sobre un grupo de modelos austríacas, sus diferentes formas de ver la vida y aspiraciones. Aún entre modelos hay diversidad, como la hay en la organización social, según cada circunstancia. De ahí el peligro del pensamiento único, de las opciones políticamente ‘correctas’, y de la idea de un líder del «mundo libre» que lleve la democracia –careta de un colonialismo comercial–, típicamente mediante el uso de la fuerza. Chay Bowes afirma que los EUA, desde su Declaración de Independencia en 1776, han estado en guerra permanentemente, excepto 16 años. El periodista Roberto Montoya afirmó que dicho país tiene 200.000 militares repartidos en 180 países y territorios en los cinco continentes, más un número indeterminado de agentes de la CIA y mercenarios subcontratados por el Pentágono. El plan de liderazgo mundial tiene un claro tinte de soberbia neocolonialista y racista, como si los otros pueblos fueran inferiores y no soberanos para organizar su sociedad como mejor decidan. Además, ¿quién le ha otorgado tal papel? El segundo aspecto que flaquea es la idea de que la democracia se pueda llevar, como si fuera una chaqueta que entregas a otro para que, admirado y agradecido, se la ponga. Las democracias se asientan en las clases medias, con una mayor cultura y estabilidad económica. Una urna en un ignoto campamento del desierto puede terminar guardando agua o ser usada para que las gallinas pongan huevos. Provocar un cambio de régimen en una población pobre y desesperada puede llevar a una radicalización militar o teocrática en contra del ‘líder mundial’. Alguien dijo que si las tropas de Occidente no quieren tener problemas fuera de Occidente, deberían mantenerse dentro de Occidente. Además, ¿qué democracia? Los medios que crean opinión y mueven a las masas están en manos de grandes corporaciones. A nivel internacional no nos va mucho mejor. El pasado día 2, la Asamblea General de Naciones Unidas votó por 187 votos a favor, dos votos en contra (EUA e Israel) y una abstención (Ucrania) el fin del bloqueo a Cuba, pero su resolución no es vinculante. Humo, teatro y millones perdidos en la reunión y los viajes. Tampoco el Consejo de Seguridad es más democrático, dado que un solo veto invalida la decisión del resto. De los convenios internacionales mejor no hablar. Cuando la Corte Penal Internacional intentó evaluar posibles crímenes de guerra en Afganistán, los EUA llegaron incluso a sancionar a la fiscal Fatou Bensouda; según el entonces secretario de Estado Mike Pompeo por intentos «ilegítimos» de someter a ciudadanos estadounidenses a su jurisdicción. Pero eso no es todo. En la apodada ‘Ley de Invasión de la Haya’ ASPA, ley 107−206, 116 Stat. 889 (2002), los EUA se otorgan, extrajudicialmente, la autoridad para liberar a ciertas personas estadounidenses y/o ‘aliadas’ detenidas o juzgadas por, o a requerimiento de, la Corte Penal Internacional. Es decir, carta blanca para invadir el país (miembro de la OTAN) si así lo consideran necesario para sus intereses. Las modelos de la película son diferentes, los países y sus sociedades también. Esas diferencias merecen ser respetadas.