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Mientras todo el debate educativo se centra en el tema lingüístico que impone Vox en la agenda del día a día en Baleares (son monotema y se escinden entre ellos porque no se soportan) se olvida que el dinero debería destinarse –tal como ya han hecho las socialdemocracias nórdicas y Gran Bretaña y como se prepara en buena parte de Europa– al retorno al libro de texto, la reversión de la ‘pantallitis’, elaborar un buen plan lector de centro y medidas de comprensión lectora y también en tomar medidas impopulares pero altamente efectivas como la prohibición del móvil en los centros de Secundaria. Por supuesto, todo ello acompañado del fin de la socialización del libro de lectura y el fomento de la biblioteca escolar. Son medidas que realmente harán avanzar la educación en Baleares, pero todo eso parece que no les preocupa para nada a Vox. Eso sería hacer política y lo suyo es el espectáculo.