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Anda Negueruela sobreactuando sobre el rechazo de Vox al techo de gasto de los presupuestos del Govern del próximo año. Dice el portavoz sustituto del PSOE que hemos presenciado el fracaso «más gordo de un gobierno en democracia por no ser capaz de dialogar». Añade a través de las redes sociales que el vicepresidente Toni Costa ha padecido la derrota más grande de un conseller de Hacienda en democracia y el fracaso «más grande de su carrera política». «Costa debería ser historia», asegura.

Evidentemente Negueruela tiene que criticar lo ocurrido el pasado martes en el Parlament tras la decisión de Vox de no apoyar el techo de gasto, pero los que ya llevamos una temporada larga siguiendo más o menos directamente la actividad parlamentaria nos cuesta olvidar el esperpento vivido a finales de 2010 cuando los dirigentes de UM, antiguos socios del partido de Negueruela, se pasaban más tiempo en los juzgados que en el Parlament. Debería haber vivido Negueruela cómo se hacía tiempo en la Cámara para que llegase Bartomeu Vicens para votar una ley tras haber declarado ante el juez por una de las causas que le llevó a prisión. Lo que ocurrió más tarde tampoco es difícil de olvidar. A falta de medio año para acabar la legislatura, el Ejecutivo de Antich perdió los apoyos que tenía para sacar adelante las leyes y el Govern, a través del entonces conseller Carles Manera, decidió que no era ni necesario llevar al Parlament los presupuestos. Ante la evidencia de que serían tumbados por la mayoría (en ese momento UM ya no estaba en el gobierno y solía votar contra todo lo que se hacía desde el Ejecutivo), Manera y Antich decidieron que no había que llevar las cuentas del Govern al Parlament. Es decir, la ley más importante que se presenta cada año ni siquiera llegó a la Cámara. Si no aprobar el techo de gasto de los presupuestos es el fracaso «más gordo de un gobierno en democracia», ¿cómo llamaría Negueruela al hecho de no presentar unas cuentas en la Cámara?
Recordemos entonces para todos los que van de analistas avezados y realmente padecen una amnesia preocupante que los presupuestos de 2011 fueron una prórroga de los del 2010, si bien aquel gobierno en minoría acabó la legislatura y, por cierto, sufrió la mayor derrota electoral que se recuerda en Balears.

Por lo tanto, no nos pongamos tan nerviosos porque todo parece indicar que habrá presupuestos. Negueruela debería aprender de sus antiguos socios de Més per Mallorca, que se han tomado el asunto con mucho más calma y menos teatro. Al final tendrán razón los que dicen que el actual portavoz socialista es el mejor aliado posible para el Govern de Prohens.