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Son demasiados siglos de cultura, a veces paralela, a veces conjunta a veces opuesta pero, en todos los casos cultura, para ser arrojados por la borda solo porque los individuos deciden no entenderse. La plenitud de la ley es el amor y no es lícito, en nombre de la ley, despreciar al otro, todos formamos parte de España y ninguna parte de ella es más importante que las demás partes de España. Algunos, sin embargo, insisten en presagiar grandes males y aún mayores males que los ya existentes: las mujeres embarazadas son empujadas a abortar, los ancianos a residencias donde puedan fallecer cuanto antes mediante la práctica de la eutanasia y los jóvenes son empujados al suicidio porque el empleo es escaso… y porque viven en la cultura del placer permanente donde el esfuerzo está mal visto. Los padres tienen que pedir perdón a sus hijos por haberles dado una vida que no les satisface pues les han costeado una existencia sin responsabilidades y les han permitido languidecer a la sombra de voluminosas jarras de cerveza, día tras día. Día tras día el tiempo pasa sin alumbrar ilusiones nuevas a la mañana siguiente de suerte que los estímulos se buscan en las mujeres, el alcohol. Las drogas. Así las cosas se forma de pronto un gran escándalo en medios de comunicación por la reunión de la dirigente de un partido político con otro dirigente de un partido político cuyos potenciales 7 escaños en el Congreso todos, todos consideran indispensables para formar Gobierno. Indispensables. ¿Qué pedirá el díscolo dirigente propietario de los 7 escaños a cambio de sus votos? Pues todo. Lo pedirá todo. Normal. Como hace tanta falta… Mientras el probo trabajador madruga todos los días para llevar el alimento a su casa, mientras el enfermo pelea con el dolor en busca de un rayo de esperanza, uno y otro asisten perplejos al estruendo de un bla, bla, bla incomprensible que profetiza la caída de la sustancia misma del Estado a causa de esos 7 escaños. Pues que se caiga la sustancia. Caramba. Ya estaría de Dios. El placer del trabajo es lo que hay que descubrir y del esfuerzo por que el trabajo nunca va a faltar. Solo hay que encontrarle el gusto.