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Se cumplen cuarenta años de aquel «volverrrrrr a empeeeesar» que pronunció la actriz alemana Luise Rainer desde el escenario del Dorothy Chandler Pavillion instantes antes de que José Luis Garci, ataviado con un impoluto smoking blanco, recogiera el primer Oscar a una película española. Una imagen que nos ha quedado en la retina de los que pasamos los cincuenta tacos. El título es, en sí mismo, toda una contradicción porque o se vuelve o se empieza, pero volver a empezar no es empezar. Empezar otra vez sería más lógico, digo yo. El título me viene a la cabeza cada vez que el verano vuelve a acabar. Estamos a la puerta de empezar de nuevo. Un momento fantástico para plantearnos nuevos retos personales, poner el contador a cero otra vez para afrontar escenarios diferentes, con la esperanza que de que sean mejores. Es aquello de que cuando se cierra una puerta se abre una ventana. Septiembre nos trae otro enfoque vital, un objetivo en toda regla para mirar al frente con optimismo, casi siempre para ser uno mismo. El verano nos ha dejado ese tiempo de asueto donde hemos roto la rutina y las normas para cierto onanismo mental. Ahora hay que subirse las mangas para meter las manos en aquello en lo que vale la pena ensuciarse para que todo sea mejor y estable. Y si no, querido lector, siempre nos quedará el uno de enero para intentarlo de nuevo.