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Dicen que tiene el apoyo de Yolanda Díaz y que la líder de Sumar presionará a sus socios socialistas para que Iago Negueruela sea ministro en el nuevo Gobierno de Pedro Sánchez. Aseguran que se le vinculará al turismo porque creen que hizo un gran trabajo como conseller en Balears, si bien los comentarios que circulan durante los últimos meses, y también cuando estaba en el Govern, no destaca su capacidad de gestión ni tampoco su actividad frenética.

Cuando Marga Prohens acusó a Negueruela de matonismo no aportó muchos detalles más, pero una vez que se le considera ministrable es necesario aportar más datos sobre el personaje, lo que hizo y no se ha dicho. En definitiva, contar aspectos bastante relevantes sobre el posible ministro y, de momento, sustituto de Armengol en el Parlament.

Porque no me imagino a un futuro ministro llamar y amenazar al presidente de la CEOE, ni tampoco a los sindicatos cuando no apoyen alguna de sus medidas. Aún recuerdan en la patronal balear las llamadas amenazadoras de Negueruela cuando no se respaldaban sus medidas. Cuentan que la principal damnificada solía ser la presidenta de la Federación Hotelera de Mallorca, que fue una de las primeras en aliviarse del cambio de gobierno y mostrarse eufórica públicamente con la victoria electoral de Prohens. Ahora se entiende con todo lo que tuvo que soportar durante los últimos cuatro años. Se ve que también los directores generales de Negueruela utilizaban los mismos métodos amenazantes para alisar el camino de su conseller cuando planteaba una propuesta. Y luego presumían de consenso social, claro.

Además de llamar a algunos medios y pedir que cambiasen titulares que no le gustaban (las redes han dejado rastro de ello), Negueruela y su entorno contactaban con empresarios para que castigasen a aquellos que no eran afines o criticaban al Govern. Y lo peor es que conseguía su objetivo, además de otros privilegios que no es el momento de contar pero que son muy conocidos, sobre todo en Ibiza. Recuerden que hubo un conseller de Turisme que fue obligado a dimitir por Armengol por aceptar un viaje como regalo.

Cuando alguien se considera todopoderoso suele confiarse y solo falta que se filtren las conversaciones amenazantes que mantenía para dar la imagen de un conseller competente y, sobre todo, que escuchaba a patronales y sindicatos. Pero este consenso del que presumían solía ser muy doloroso, sobre todo para aquellos que soportaban presiones continuas y que ni siquiera ahora se atreven a desvelar. Flaco favor le hacen a la política al callarse todavía hoy de las amenazas que aguantaban y que Prohens no quiso desvelar cuando acusó al ministrable de ‘matonismo’. Pero un ministro no puede actuar así.