El espectáculo bochornoso de Rubiales ha enseñado a todo el planeta la altura de nuestro Gobierno. Sumemos las escenas diarias de trileros jugándose nada menos que nuestro presidente de Gobierno. El bello y necesario arte de la política se vuelve insoportable con estos actores. Lo triste es el protagonismo de la política en los medios, que no se corresponde en absoluto con el interés de la gente. Les invito a que analicen el porcentaje de la juventud interesada. Los otros perfiles de edad ya estamos abdicando de ella, al contemplar el vodevil de mal gusto. Lo triste es la preminencia que le dan los medios con un obstinato incompatible con la salud mental. Si vives unos años en otros países desarrollados te sorprendes de que allí la política ocupa un porcentaje de atención mediática mucho menor. La sociedad necesita una revolución de la sociedad civil, que obligue a los gobernantes a ser más serios y capaces. Los intelectuales deben iniciar este proceso. Pero son escasos y están deprimidos o cansados. Ahora tenemos eruditos e ilustrados. Pero, el intelectual se caracteriza por su compromiso con el pensamiento y la búsqueda de la verdad. Eliminaron la asignatura de filosofía para imposibilitar que la educación enseñara la razón, el pensamiento crítico. Datos, logaritmos que ellos puedan manipular e información mediatizada es la base de una educación que no educa, solo instruye. Y ello no es por culpa de la comunidad educativa harta de declamar el declive de la enseñanza. Diariamente presenciamos como el planeta está peor.
Política cutre
Palma04/09/23 0:29
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2 comentarios
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Rubiales no es el problema. Los que estuvieron ayudándole a no caer escándalo tras escándalo sí que la tienen. Léase PSOE.
Se están obviando todas las normas. Es DESESPERANZADOR. Hace falta una SOCIEDAD CIVIL FUERTE para contrarrestar tanto egoísmo personal y hacerlo público de forma clara y rotunda.