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Ignoro lo que haya podido hacer a lo largo de su vida Marisol Illescas, concejala de Asuntos Sociales, Igualdad y Familia, del Ayuntamiento de Toledo, en pro de los derechos de las mujeres, o en contra de la explotación de mujeres y niños. Pero si sé lo que ha hecho Lydia Cacho, referencia del movimiento feminista y una de las mujeres más valientes que he conocido en mi vida, que pagó con un secuestro y torturas esa valentía de enfrentarse a los poderosos denunciando redes de pedófilos y explotación sexual tanto de niñas como de niños, redes que contaban con complicidades políticas allá en su país, Méjico. Si, a Lydia casi le cuesta la vida, una vida que ha podido continuar en el exilio, en España.

Yo la conocí hace unos cuantos años en Méjico, durante la Feria del Libro de Guadalajara y desde el minuto uno me dejó impactada por su inteligencia, compromiso con los más débiles, por su valentía y determinación en la defensa de los derechos humanos. Y la lectura de Memorias de una Infamia me produjo una auténtica sacudida.

Así que vaya por delante que a Lydia Cacho le profeso un profundo respeto y admiración lo que me lleva a sentir indignación al saber que el ayuntamiento de Toledo, que gestionan PP y Vox, ha decidido ‘retirar’ de su programación en el Teatro Rojas Infamia, una obra de Lydia basada precisamente en Memorias de una Infamia.

El matrimonio de conveniencia entre PP y Vox está dejando un rastro de intolerancia y persecución de la cultura amén de estupidez, allí donde ahora gobiernan en amor y compañía. Sí, el fantasma de la censura de la mano de Vox y con la complicidad del PP, recorre de nuevo España y solo queda plantarle cara. No sé si servirá de consuelo, pero junto a Lydia, a su lado, hay millones de ciudadanos decididos a defender la libertad de expresión y a plantar cara a cualquier intento de censura. Así pues, Lydia, tu voz es nuestra voz.