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La célebre frase de Quinto Servilio Cepión de «Roma no paga a traidores» negándose a pagar a los tres hispanos que habían asesinado a traición a Viriato siguiendo sus órdenes a cambio de unas monedas, puede resumir lo que ha pasado en Madrid con el voto CERA. Unos cuantos miles de votos de madrileños residentes en el extranjero han dado el escaño del PP a Carlos García Adanero, exdiputado de UPN que, a traición, incumplió la disciplina de voto de su partido para votar en contra de la reforma laboral y a punto estuvo de tumbarla. De hecho, la habría tumbado junto al voto del otro tránsfuga de UPN, Sergio Sayas, de no haber sido porque un diputado del PP, Alberto Casero, se hizo un lío en la votación y con su voto salvó contra su voluntad la reforma laboral. A Sergio Sayas, por los servicios prestados, Feijóo lo puso de número uno en las listas del PP en Navarra. Y ha conseguido su escaño. A Adanero de dieciséis en las de Madrid, cuando todas las encuestas aseguraban que ese escaño caería del lado del PP. No lo consiguió en el recuento inicial de los resultados del 23-J, sino gracias al voto de esas decenas de miles de madrileños residentes en el exterior que han votado al PP en Madrid.

No han sido esos votos los que han pagado los servicios prestados a Adanero, sino Feijóo, nuestro particular Quinto Servilio Cepión, al ponerle en ese número en las listas por Madrid. Esta práctica de intentar conseguir Gobiernos gracias al transfuguismo político es habitual en el PP, que sí paga a los traidores. Esta vez parece que, de momento, no le ha salido bien porque no tiene posibilidad alguna de formar Gobierno con los resultados obtenidos en las urnas en julio, pero sí lo consiguió en otras ocasiones, como con el famoso ‘tamayazo’ de 2003, en el que gracias a la abstención a traición de dos diputados del PSOE en la Asamblea de Madrid no fue elegido presidente de la Comunidad el socialista Rafael Simancas y se tuvieron que convocar nuevas elecciones en las que Esperanza Aguirre ganó y fue elegida presidenta, una presidencia de la Comunidad que el PP mantiene hasta hoy.

Nadie del PP pagó las consecuencias del ‘tamayazo’, como nadie del PP las ha pagado por la traición de Sayas y Adanero. Puede que la adjudicación de última hora de este escaño provoque la repetición de las elecciones y que la historia se repita. Confiemos en que no, porque este país no merece ser gobernado por quienes alientan sin recato la traición.