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Más allá del ruido que se generó en torno a los pactos para constituir los gobiernos municipales el pasado 17 de junio, es relevante recordar que los ayuntamientos democráticos, desde sus inicios tras las primeras elecciones locales de 1979, han sido un pilar esencial para consolidar la democracia y aumentar de la calidad de vida de la gente. Centrados en dotar a los municipios de infraestructuras y equipamientos, en la planificación y gestión urbanística y en la prestación servicios esenciales para la vida colectiva, han dignificando nuestros espacios urbanos, aspirando ofrecer a la ciudadanía más oportunidades de desarrollar sus proyectos de vida. También una parte sustancial de las políticas de la UE inciden en el poder local, pues en virtud del principio de subsidiariedad y de la autonomía local, políticas como las de cohesión, desarrollo sostenible, formación, innovación o de igualdad de oportunidades, deben implementarse desde de los gobiernos municipales.

Los ayuntamientos son elementos clave en el proceso de construcción europea y, por ello, su participación consultiva en la elaboración de las políticas comunitarias debería ser más significativa. Así lo recogen las conclusiones del panel ciudadano: Las Regiones en la Gobernanza de la UE, organizado en el marco de la Conferencia para el Futuro de Europa, en el que tuve el honor de participar. En ellas se propone la creación en Bruselas de un comité representativo de los poderes locales, separado del Comité de las Regiones, con un espacio propio para los consejos y cabildos insulares, para atender las singularidades de las islas. Hoy parece comúnmente aceptado que el futuro político de la UE, cualquiera que sea, debe diseñarse contando con la ciudadanía, implicándola más en las decisiones y en los debates.

Aquí es donde las instituciones municipales, al ser las más cercanas a la gente y que mejor conocen sus necesidades y preocupaciones, tienen un papel fundamental a jugar. Más allá de participar en las instituciones y organismos comunitarios, en la gestión de fondos europeos y en la promoción de proyectos, desde nuestros ayuntamientos debe construirse Europa, contribuyendo a acercar el proyecto europeo a la ciudadanía y a que éste sea un proyecto de la gente y no sólo de los gobiernos. Este es el objetivo del programa Construir Europa con las Autoridades Locales, BELC (Building Europe with Local Councillors) que ha lanzado la Comisión Europea (building-europe-with-local-councillors.europa.eu/index_es) al que nuestros ayuntamientos recién constituidos deberían prestar la máxima atención.