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Hoy, lunes 5 de junio, es el Día Mundial del Medio Ambiente. Así lo viene celebrando la ONU desde hace cuatro décadas. Es una buena disculpa para promover el cuidado de la Casa Común, como el papa Francisco denominó a la tierra en la que vivimos. El caso es que mientras que para unos el medio ambiente es una urgencia, para otros es una necesidad y para muchos es una emergencia. Lo que se me antoja evidente es que cuidar el escenario en el que nos movemos debería de ser una cuestión de sentido común. Como lo de la casa propia, que unos la quieren tener siempre limpia y otros la limpiamos cuando no queda más remedio.

Los académicos dicen ahora que medio ambiente también se puede escribir todo junto, medioambiente. Al parecer, tiene algo que ver con la acentuación de los vocablos unidos. Sin embargo, yo prefiero separar primero lo del medio, que muchas veces estorba, y después el ambiente, que ya sabemos cómo cambia de un día para otro, sobre todo después de una jornada electoral. El día menos pensado nos dirán que podemos escribir cambio climático todo junto. Y es que las palabras adquieren diferentes sentidos según el ambiente en el que las utilicemos.

A la vista está que tras unos comicios como los que hemos tenido hace unos días, es mejor utilizar las palabras por separado. Porque mientras los medios de unos y otros permanecen, los ambientes cambian provocando climas buenos o malos. No existen los medio ambientes malos, pero nadie duda de que hay que quitar de en medio los malos ambientes, sobre todo después de unas jornadas electorales. Seguro que me estás siguiendo. En cualquier caso, el ambiente de las urnas no ha desaparecido del panorama político. Prueba de ello es que el clima que vivimos el día del medio ambiente está en medio de dos ambientes, el ambiente postelectoral y el ambiente preelectoral.