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El viernes pasado los lectores de Ultima Hora recibieron el Anuario 2022 Illes Balears de El Económico, la séptima edición de este compendio de estadísticas que brilla por sus firmas. Los 65 artículos que completan los datos son una fuente de conocimiento. Permiten aprender de cada persona que ha escrito y entender las causas, consecuencias e interacciones de la actividad económica de Mallorca, Menorca, Eivissa y Formentera.

Lo que más me ha llamado la atención del conjunto de artículos es que en varios de ellos se expresa, desde diferentes puntos de vista ideológicos, que Balears necesita hacer transformaciones profundas en el modelo económico. El oceanógrafo Xavier Pastor se refiere a la saturación turística.

«Responsables políticos y empresariales, en particular del sector hotelero, hacían declaraciones públicas impensables hacía solamente un lustro. Algunos economistas de cabecera ponían también sobre la mesa las claves teóricas que impulsaban esta necesidad de cambio e incluso se atrevían a sugerir los pasos a dar en ese nuevo camino. Pero todo ha resultado ser un espejismo», indica.

Mientras que Luis del Olmo, presidente de Balears.t, habla de la transformación del sector turístico en sí mismo: «Lamentar que, a pesar de la disponibilidad de fondos europeos, multitud de jornadas y otras acciones en el mundo de la gestión pública y privada, seguimos con más de lo mismo: turismo masivo, estacional y altamente dependiente de los volúmenes de visitantes. (…) La transformación turística nunca puede ser solo un relato. Sin proyecto estratético, será inalcanzable».

Y esta es la palabra clave: estrategia. Porque hace muchas décadas que Balears arrastra los mismos problemas que todos conocemos y que cada vez son más grandes, pero la inflación, la falta de personal, la COVID o lo que sea que vendrá mañana no nos dejan centrarnos en lo importante.

El catedrático y director técnico de la Fundació Impulsa Antoni Riera aboga en el Anuario por «reformas, inversiones y cambios que, inevitablemente, producirán costes, ganadores y perdedores. (...) Todas estas fricciones pueden ser manejables, pero se necesita de un planteamiento tan holístico como estratégico». En el mismo sentido entiendo las palabras de Carles Manera, catedrático de Historia Económica de la UIB: «Las administraciones habrán de reformular sus posturas políticas de reasignaciones de recursos. (…) Se tratará de reconducir partidas presupuestarias, actuar más coordinadamente y pensar en clave más estratégica que táctica».

Estas propuestas tienen un amplio consenso social. Sin embargo, es muy difícil generar transformaciones profundas sin generar ningún perdedor. Es por ello que a la hora de la verdad, quedan en nada.