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San Francisco de Asís (1181-1226) es el autor de esta paradójica frase: «Es en el dar que recibimos».
Maravillosa paradoja: en la medida que nos damos y damos a los demás, crecemos en humanidad. En cambio, en la medida que acaparamos solo para nosotros, nos empobrecemos y nos volvemos raquíticos. El que ama se enriquece. El que sólo piensa en sí mismo es cada vez más pobre.

El generoso recibe. El egoísta, aunque tenga mucho, se queda vacío.

El amor es plenitud. El egoísmo, vaciedad. El amor es dar y darse. El egoísmo, acaparar sin medida.
Los que aman reciben. Los incapaces de amar, en cambio, se quedan sin nada.

Quien sea capaz de dar y darse recibirá sin medida. Quien sea incapaz de dar y darse cada vez será más pobre y se sentirá más solo.