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Cuando le damos al interruptor de la luz inconscientemente obviamos todo cuanto hay detrás para hacer posible este ‘milagro’ que sigue siendo la electricidad y que tanto bienestar y calidad de vida nos da. Somos una sociedad altamente electrodependiente y más lo vamos a ser gracias a que las energías renovables generan, precisamente, electricidad. Y detrás de este interruptor no solo hay instalaciones, también hay equipos de personas que se encargan de su disponibilidad las 24 horas y los 365 días del año y también de su constante modernización y crecimiento.

Tristemente, el pasado viernes nos    dejó Ernesto Bonnín, ingeniero industrial y una de estas personas, protagonista anónimo de la historia reciente de la electrificación de las Balears y garante de nuestro bienestar energético.

Tras cursar sus estudios de ingeniería y especializarse en la rama eléctrica en Terrassa, en donde fue número 1 de su promoción, en 1982 se incorporó a Gas y Electricidad, Gesa, para participar en el equipo de desarrollo de energías renovables que otro ingeniero industrial mallorquín, el visionario Feliciano Fuster, había creado en la década de los 70 para hacer frente a la crisis del petróleo.

Este grupo de jóvenes ingenieros creado por Fuster y en el que trabajó Ernesto Bonnín durante varios años fue uno de los embriones responsables del posterior despegue de las energías renovables en España y del liderazgo mundial que hoy nuestro país detenta en este campo.

Inquieto y curioso en su profesión, en la segunda mitad de la década de los ochenta se incorporó al negocio de transporte y distribución de electricidad, haciéndose cargo del servicio de estudios de red de Gesa, ascendiendo posteriormente a responsable de la planificación y desarrollo de la red eléctrica balear. En estos años las islas Baleares se consolidan como destino turístico internacional de primer nivel y la red eléctrica de las islas acompaña esta transformación modernizándose y expandiéndose para alimentar adecuadamente la importante economía que está despegando en los núcleos turísticos costeros. Las nuevas subestaciones eléctricas de Andratx, Pollensa, Can Picafort, Cala Millor, Portocolom, Palmanova son impulsadas desde el área que dirige Bonnín.

Sin embargo, su más importante contribución a la red eléctrica balear fue la modernización del centro de control de la red del que acabó siendo responsable hasta 1998. Su pasión por la informática y la automática industrial le llevó a dotar a Baleares de un centro de control de la red de primer nivel, coordinado con las centrales de generación para mantener la frecuencia de aquel sistema aislado balear siempre en los 50 hercios. La estabilidad de un sistema eléctrico aislado y pequeño como el balear siempre ha sido un reto. Las leyes de la física siempre son más favorables al apagón que al ‘alumbrón’. Mantener ese suministro siempre disponible fue la mayor de sus vocaciones y se volcó en dotar a la red balear de la mejor tecnología de cada momento para conseguirlo.

Cuando las fuerzas de la naturaleza quieren o cuando esas ecuaciones de la física se tuercen y arrastran al sistema eléctrico hacia soluciones inestables que terminan con la caída del suministro hacen falta líderes capaces de movilizar a sus equipos y de afrontar la crisis. Y ese liderazgo, junto a su capacitación técnica, definieron su forma y su estilo de trabajo, creando incluso una escuela en la compañía que hoy perdura. Consciente de la esencialidad del suministro eléctrico para la sociedad, la calidad y continuidad del fluido fue su constante obsesión.

También tuvo su experiencia internacional cuando a principios de los noventa Gesa dio el salto a República Dominicana de la mano de las principales compañías hoteleras baleares para electrificar los desarrollos turísticos de Punta Cana y Bávaro aportando su conocimiento para el despliegue de la incipiente red de distribución que allí se creó.

En 1998, con Gesa ya integrada en Endesa, accede a responsabilidades directivas en el negocio de distribución, primero como subdirector y en 2007 ya como director. Durante todo este tiempo continúa liderando el esfuerzo para seguir adecuando la red eléctrica de las islas al crecimiento de la demanda y a la incorporación de las primeras instalaciones de producción de energía renovable conectadas a la red. En 2014 ve culminado su currículo profesional al ser nombrado director general de Endesa en las islas Baleares, cargo que desempeñó hasta junio de 2017.

La carrera profesional de Ernesto Bonnín en Endesa ha contribuido a que hoy gocemos de una red eléctrica con más de 11.000 centros de transformación y 20.000 km de líneas, moderna y resiliente y preparada para seguir construyendo sobre la misma la tecnología que la transición energética y el 100 % de electrificación de la sociedad requieren.

Tan importante como el legado material que ayudó construir para Baleares es el legado humano que nos transmitió a quienes hemos tenido la oportunidad de trabajar con él. El compromiso con la empresa y sus personas y con los clientes, su pasión por el trabajo y la perfección, su amabilidad y respeto o la innovación son cualidades y valores que hicieron de él un luchador, un líder y un maestro. Ernesto fue un ciudadano que, desde Endesa, quiso complicarse la vida por y para los ciudadanos y visitantes de Baleares, poniendo y moviendo los hilos de nuestra luz. Fue de esas personas que dan más que reciben. Gracias a su generosidad contribuyó a que seamos una empresa de personas que sirven a personas.

Como buen padre, su otra gran devoción ha sido su hijo Ernesto, también ingeniero industrial.

¡Muchas gracias, Ernesto, por todo tu legado!