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La propia presidenta del PP balear y candidata al Govern, Marga Prohens, me confirmó la pasada semana la presencia de independientes en su lista al Parlament. No quiso entrar en más detalles, pero todo hace suponer que tiene en la recámara un par de nombres de esos que se consideran de relumbrón. Incorporar personas de ámbitos ajenos a la estricta militancia política siempre se considera que dan prestigio a las candidaturas, se interpretan como signos de apertura a la sociedad. Y es posible que así sea, aunque en ocasiones pueden acabar generando más de un quebradero de cabeza. Veremos en qué quedan las intenciones de la líder de los conservadores, el 28-M está ya a la vuelta de la esquina.

La encuesta electoral que publicó ayer este diario sobre el reparto de escaños en el Ajuntament de Palma confirma la tendencia que se venía intuyendo desde hace ya meses, el retroceso de la izquierda; aunque, justo es admitirlo, en menor medida de lo que se esperaba. Por el contrario, el avance de la derecha, a costa de la desaparición de Ciudadanos, deja al PP en una posición complicada, en especial a su candidato, Jaime Martínez. Vox, según el sondeo, podría llegar a acumular hasta 6 concejales, con Fulgencio Coll, en lo que sería un importante avance electoral para la formación de la derecha más radical.

Hace ya tiempo que el PP da por seguro que arrebatará Cort a la izquierda, aunque a la vista de los resultados de la encuesta la pérdida de apoyos en el PSIB y Unidas Podemos deja en el aire el resultado final de estos comicios. Faltan todavía semanas para el 28-M, pero el punto de partida resulta, para mi, muy sorprendente con una proyección de escaños tan equilibrada teniendo en cuenta la nefasta gestión realizada durante la legislatura por el equipo de José Hila. Palma, como ya es tradicional, tiene un comportamiento muy acorde con la grandes tendencias de voto estatales, circunstancia que obliga a poner en el cóctel tanto a Pedro Sánchez como a Alberto Núñez Feijóo.

¿Sumar o restar?

La expectación mediática con respecto al acercamiento de Unidas Podemos y Sumar tiene todavía mucho de precipitación, entre otras razones porque la propuesta de Yolanda Díaz tiene por horizonte las próximas elecciones generales y no las más inmediatas de mayo. En el pulso que mantienen los dos partidos hay un aspecto en el que apenas se hace referencia, la estructura interna de Sumar es inexistente y encarar un proceso electoral sin tener este punto resuelto es un suicidio. Sin irse muy lejos, en Balears no hay ninguna figura que represente a Sumar con fuerza suficiente para ir construyendo un proyecto propio. Tengo la impresión de que a medida que pasa el tiempo se confirma que Sumar es un partido virtual generado desde el PSOE con la única pretensión de debilitar a Unidas Podemos; una estrategia diseñada por el mismísimo Pedro Sánchez con un resultado que se antoja incierto. Dividir la izquierda que está más a la izquierda de los socialistas puede significar la pérdida de un importante número de escaños necesarios para otra investidura, vamos que la suma puede que acabe siendo insuficiente. Pero vamos, el funanbulismo de Sánchez sigue dando más sorpresas.