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Marga Prohens debería comenzar a acostumbrarse. Cualquier cosa que diga o haga ahora provocará grandes reacciones frente al silencio que se instala cuando se cometen asuntos muchos más graves cuando el o la protagonista es de otra formación política, sobre todo de izquierdas. Prohens debería sosegarse en las próximas semanas y evitar meteduras de pata como la de ir a comer a una casa particular donde se sabía que estaría presente José María Rodríguez, que está cumpliendo condena por un caso de corrupción. Y debería rodearse de gente fiel y evitar que no la hagan fotografías durante comidas privadas para dañar su reputación ante la opinión pública. Imagino que cuando saltaron todos los casos de corrupción de la etapa Matas Prohens debía estar estudiando, pero la oposición aprovechará para culparla a ella de ser cómplice del pasado y heredera de la corrupción. Es de manual. Prohens ya se puede imaginar lo que llegarán a decirle si consigue ser presidenta del Govern en unos meses, aunque ya vivió una campaña bastante asquerosa cuando la Oficina Anticorrupción filtró información económica sobre ella y su exesposo, un asunto que acabó evidentemente en la nada más allá de algún titular de prensa. Porque algunos hablan a la ligera y sorprende, por ejemplo, que la consellera Rosario Sánchez denuncie en el Parlament muy indignada la etapa de corrupción de Matas y Rodríguez, fragmento que puede escucharse íntegramente en un tuit del PSOE, cuando casualmente su madre formó parte como vocal de una junta local del propio expresidente del PP de Palma. La memoria, ya se sabe, suele ser muy frágil, pero algunos no olvidan determinados favores que se hicieron a la familia en otros tiempos.

Yo propongo algunos asuntos para seguir debatiendo en las próximas semanas hasta la campaña electoral que para mí son más graves que irse a comer con Rodríguez. Por ejemplo, el tema de las menores prostituidas, el ‘caso Puertos’, el ‘caso Multimedia’ o, si quieren, aclarar de una vez por todas la responsabilidad de los altos cargos que se saltaron su turno a la hora de ser vacunados. Si quieren también hablemos de los casos de enchufismo en la Conselleria de Salut, del esposo de la consellera y del actual director del Ibsalut. Es un ejercicio magnífico de pluralidad comentar todos los asuntos con la misma pasión e intensidad. Lo que no me cabe ninguna duda es que si Prohens quiere ser presidenta del Govern y Jaime Martínez alcalde habrán hecho bien en escuchar los consejos de Rodríguez, la auténtica pesadilla de la izquierda durante años en Palma. Las amistades peligrosas a dos meses para las elecciones no convienen, pero del ruido exagerado de algunos estamos bastante acostumbrados.