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El Día de la Poesía coincidió con la celebración de la segunda edición del Mallorca Real Estate Summit. Son muchos los constructores y promotores de Mallorca, además de toda la industria auxiliar que obligatoriamente les acompaña, que enfocan su actividad hacia el mercado del lujo. En muchos casos, no es por vocación, sino por las enormes dificultades que hay para atender otras demandas. El tópico dibuja al constructor y al promotor como un depredador de territorio con hambre infinita de consumir metros cuadrados.

Hoy en día, la realidad es muy diferente. Los promotores y constructores de Baleares son conscientes de los problemas de acceso a la vivienda que tienen tantos y tantos ciudadanos de Baleaers. La sostenibilidad, un concepto transversal que se ha incorporado a todos los sectores de la sociedad, forma parte también del mundo de la construcción. Los criterios ESG forman parte del discurso de un colectivo preocupado por el futuro del sector, evidentemente, y por la falta de vivienda asequible.     

Son conscientes de que la solución no será, en ningún caso, ni fácil ni rápida, pero hacen propuestas en positivo, conscientes de la necesidad de preservar el medio ambiente. No hay soluciones mágicas, pero la inmensa mayoría del sector tiene claro que limitar la venta de viviendas a no residentes o topar el precio del alquiler no contribuiría a solventar el problema. Por cierto, escuchar a Carme Pinós, Premio Nacional de Arquitectura y con casa en Banyalbufar, es pura poesía. Y conocer los detalles de la transformación de Gomila en boca de los arquitectos José Ignacio Velasco y Guillermo Reynés fue una oda al buen gusto.