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Este 2 de enero volvieron a haber manifestaciones en Granada en contra del acto que conmemora la conquista cristiana del reino Nazarí en 1492. Una parte de la izquierda liderada por Adelante Andalucía clamó por el ‘no a la toma’ (de Granada) porque creen que no se puede celebrar un ‘genocidio’ y el exterminio de una cultura. Es lo mismo que dicen de la celebración del 12 de octubre. Sin embargo, Podemos y Més per Mallorca sí que celebran la Festa de l’Estendard del 31 de diciembre que conmemora la conquista cristiana de la isla y el genocidio de los musulmanes mallorquines. Es, probablemente, el cinismo más antiguo de Europa.

El odio a España obliga a veces a cabalgar en ridículas contradicciones. Aquí hay condenas a la carta: la incorporación de Baleares a la cristiandad está bien; la incorporación de Andalucía está mal. La Festa de l’Estendard recuerda la entrada del rey de Aragón Jaume I en Madina Mayurqa (Palma) el 31 de diciembre de 1229 y cuenta cada año con la participación de todos los grupos políticos. Incluso EH Bildu envió este año una representación.

La vicepresidenta del Consell de Mallorca y dirigente de Més per Mallorca, Bel Busquets, tuiteó: «La Festa de l’Estendard es la manera que tenemos como pueblo de Mallorca de celebrar nuestra identidad. Hagamos de esta tierra un lugar de acogida, de bienestar y con orgullo propio de nuestro legado para proyectar lengua y cultura hacia el futuro». Asimismo, el conseller insular y dirigente de Podemos, Iván Sevillano, escribió: «Hoy es un día muy especial para nuestra querida isla. Celebramos la fiesta popular más antigua de Europa y lo hacemos desde la hermandad».

Mientras, el diputado de Podemos por Granada, Pedro Honrubia, opina sobre la conquista de su ciudad lo siguiente: «2 de enero, nada que celebrar. Hoy, como cada año: #NoAlaToma. Celebremos luchas por las libertades, los DDHH y la justicia social, no exaltaciones del racismo, la xenofobia y la crueldad. Tengamos memoria de paz, no de odas a la crueldad, la persecución y el genocidio».
Aquí hay algo que no encaja. La conquista de Jaume I fue igual o más genocidio que la toma de Granada o la conquista de América. Todos los musulmanes que resistieron fueron ejecutados. Su líder, Abu Yahya, fue torturado hasta la muerte y ahora su nombre se esconde en la plaza más pequeña de Palma. En cambio, la estatua de Jaume I preside el lugar más emblemático y recibe honores unánimes. ¿Por qué Honrubia no condena la crueldad y genocidio de Jaume I? Porque no quiere enfadar a sus socios independentistas catalanes.

A pesar de las críticas, el alcalde socialista de Granada, Francisco Cuenca, ha mantenido el 2 de enero como festivo en la ciudad porque «es una tradición que forma parte de la historia de este país». Acusan al acto de Granada de exaltar la españolidad, entre otras cosas, porque participa el Ejército, como ocurrió hasta el año 2000 en la Festa de l’Estendard. Soldados del Regimiento de Infantería Palma 47 rendían honores a la bandera cuatribarrada mientras grupos independentistas protestaban contra ellos. El Ejército acabó retirando la participación alegando falta de efectivos. No valía la pena el bochorno.