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Los proyectos de rehabilitación de las canteras de sa Garrigueta Rassa y Can Roselló siguen su tramitación en la D.G. de Industria del Govern balear. En resumen, suponen el vertido, sobre un acuífero, de 8 millones de toneladas de material supuestamente inerte, pero que nadie sabe de dónde saldrán. Será necesario el trayecto de ida y vuelta de 35.000 camiones al año, 1 cada 3 minutos, durante 7 horas al día y 5 días a la semana. Circularán por una carretera que no supera los 5,60 m de ancho en algunos tramos, lo que impide el cruce de camiones, y que carece de arcén, es ruta ciclista, ruta escolar y de acceso a la línea 8 del autobús, además de carretera de acceso a Palma desde Puigpunyent. Can Rosselló también pretende hacer triaje de material de derribo propio, sin pasar por MAC Insular. Todo esto durante 20 años, prorrogables.

Para los vecinos, el increíble proyecto favorable emitido por la Comisión Balear de Medio Ambiente solo demuestra que, salvo por el voto negativo del Ayuntamiento de Palma, las instituciones han elegido defender los intereses de dos empresas en vez de las necesidades de las personas que viven en los barrios del entorno y que se verán gravemente afectadas. Exigen que cualquier proyecto sea consensuado con ellos y que en ningún caso se dé la licencia a estos. Preparan acciones que dejen claro y hagan visible el apoyo de los demás barrios de la ciudad. Resignarse es la única opción que no contemplan, porque es tan inviable como los proyectos en tramitación.