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Ni cambio climático, ni inflación, ni la guerra en Ucrania, ni las fluctuaciones de la luz, aquí lo importante es tachiiiin.... LA SEDICION. Fíjense ustedes lo importante que es la sedición que el Partido Popular tuvo recientemente el disgusto de tener que seguir monopolizando a los próceres del poder judicial en contra del sentido común, de la mayoría de los jueces y de la Unión Europea.
Todo sea por la sedición, dijo el Señor Feijóo.

–Vale, me dirán ustedes, pero, en definitiva, qué es eso de la sedición.

Por hacerlo rápido, es la manera de castigar el intento de vulnerar por la fuerza los preceptos constitucionales.

En el siglo 19 eran cosa corriente las asonadas por las que el orden constitucional cambiaba de tanto en tanto; en el siglo 20 Franco se encargó de vulnerar la constitución sobre un río de sangre. Afortunadamente, la Unión Europea nos ha vacunado de según qué horrores. Por eso, ni las pretensiones secesionistas de Italia hace unos años ni las de Catalunya más recientemente no han tenido recorrido.

En España, tras el fracaso del ‘procés’, el Gobierno ha tenido el gesto de modificar las penas sobre estas cuestiones que eran de las más severas de la Unión Europea.

Una guerra civil es la herida más profunda que puede sufrir un país. Por eso, la palabra reconciliación nunca está de más y buscar el acuerdo sin quebrar lo fundamental me parece una posición excelente.
Lamento que la derecha se deje seducir por la extrema derecha y, peor aún, que, en Madrid, unos y otros sean indistintos. Por eso se entiende que acabado el procés, en vez de buscar reconciliaciones intente seguir ollando en las heridas.