TW
0

Vuelven los bigotes, mostachos, bozos y cepillos de nariz. Llevo tiempo preguntándome si el bigote forma parte de la última moda masculina. El caso es que cada vez se ven por las calles más jóvenes veinteañeros y treintañeros con bigotito acicalado y repeinado. Uno de mis compañeros regresó del puente de San Halloween con el bigote de marras en pleno desarrollo. Sin violar su intimidad, se me ocurrió preguntarle por la motivación que le había llevado a dejar a la vista el vello boquiabierto. Me dijo que formaba parte del movimiento Movember que ya tiene su sección balear. La Fundación Movember es una organización internacional que tiene como finalidad concienciar sobre todas aquellas cuestiones relacionadas con la salud de los hombres, de los hombres varones, se refieren. Próstata, suicidio, depresión, marginación, desigualdad. Todos los años, los movembers se dejan crecer el bigote durante el mes de noviembre para concienciar a la población mundial de lo que llaman las cosas de hombres. Embigotados, los movembers reclaman cambiar la cara a la salud de los hombres.

Mis dos abuelos llevaban bigote. También sombrero, aunque lo del sombrero lo dejamos para otra ocasión. Hace un siglo, los hombres se creían más señores si llevaban bigote. Era una cuestión de identidad. Pues ahora, sus nietos y biznietos parecen haber recuperado esa tradición. Claro que la motivación no es la misma. Me atrevería a decir que la de ahora está más justificada. Los movembers se mueven por una razón que merece la pena. Aunque, llegados a este punto, me pregunto cómo se adaptará esta organización mundial a nuestro país cuando se aprueben las leyes transexuales e intersexuales. Mientras tanto y aunque no me gustan los bigotes, en mi próxima foto me verás con un buen mostacho. Pero solo durante este mes. Luego, Dios dirá.