TW
3

El último face to face que mantuvieron en el Senado el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, confirma las divergencias que mantienen a la hora de analizar la crisis que se avecina y, en consecuencia, las medidas que se deben adoptar para neutralizarla. Las posiciones de ambos se sitúan en las antípodas, influidos, con total seguridad, por el aroma electoral que ya se respira en el país. Hay una cita segura, la de mayo con los comicios municipales y autonómicos, y otra probable en otoño con las generales. Es normal, por tanto, que haya ya posicionamientos para activar al electorado. Lo preocupante es el antagonismo tan profundo entre quienes están llamados a ocupar el palacio de La Moncloa a corto plazo, mientras uno no deja de incrementar el gasto –y el endeudamiento–, el otro defiende una rebaja fiscal para que la economía repunte. Visiones contrapuestas sobre las que pronto habrá que decidir.

Donde me consta que ya se trabaja con ahínco es en Partido Popular para poder regresar al gobierno municipal de Palma, tarea en la que está enfrascado Jaime Martínez y un reducido grupo de colaboradores. Me aseguran que en los comicios de la próxima primavera pondrá sobre la mesa medidas sólidas para resolver uno de los problemas que más preocupan a los ciudadanos: el precio de la vivienda. No quiero hacer ningún espóiler, pero la propuesta es tan sencilla como eficaz y sorprende que hasta el momento apenas se ha defendido en público. Recuerden que Martínez es arquitecto de profesión y conoce bien la situación y resortes del mercado inmobiliario. Veremos al final en qué queda la propuesta que se plasmará en el programa municipal del partido.

Llamativo es el anuncio de la presidenta del Consell, Catalina Cladera, con respecto a la aplicación de nuevas medidas destinadas a reducir las plazas turísticas de Mallorca. Sorprende cuando la misma institución es la encargada de la promoción turística de la Isla y no hace mucho se defendía la apertura de nuevos mercados, como es el caso del estadounidense. Conviene ir abriendo el melón de hacia dónde se quiere encaminar la política turística de Mallorca, una estrategia que no puede modificarse en función de los datos correspondientes a una temporada o de la proximidad de unas elecciones.

La enorme presión que tiene Balears como destino turístico, las previsiones de AENA para este invierno son espectaculares, no se resuelve adoptando medidas restrictivas sobre el territorio, las cuales sólo fomentan un movimiento especulativo brutal e inaccesible para los residentes. Las soluciones definitivas pasan por detener el ánimo depredador del Estado, el único con capacidad efectiva de regular la llegada de turistas.

Nuevas varas

Cuando la izquierda llega a las instituciones impone otro sistema métrico decimal en contraposición al que exige cuando está en la oposición. Es lo que ocurre ahora con las contrataciones de familiares en el IB-Salut, sobre las que soy incapaz de pronunciarme sobre su legalidad, pero sí que huelen muy mal.