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Semana de gloria la que vivió la pasada semana la presidenta del Govern, Francina Armengol. El compromiso de reactivación del Régimen Especial de Balears (REB) y la aportación de 20 millones al proyecto de ejecución del tranvía de Palma que hizo Pedro Sánchez, en su calidad de presidente del Gobierno, fueron el pistoletazo de salida para la campaña electoral de 2023; una cita a la que la líder socialista –a la vista está– no quiere llegar rezagada. El primero de los anuncios provocó la natural algarabía entre los más afectados más inmediatos, que son los empresarios; aunque ajustar los costes de la insularidad siempre nos beneficia a todos.

Buen golpe de efecto por parte de Armengol, aunque uno ya no sabe si en estas circunstancias hay que aplicar aquello del ‘más vale tarde que nunca’. La cosa del REB debe tener como mínimo dos décadas, y eso que nada más comenzar la andadura se le cayó la F de fiscal con la que se soñaba entonces. Así pues, la promesa de Sánchez tiene cierto regusto amargo, aunque no por ello tiene que despreciarse.

Para redondear la semana, la presidenta Armengol lanzó un importante paquete de medidas sociales destinadas, y aquí está la novedad, a paliar los efectos de la inflación en las clases medias de la población; las más castigadas por el encarecimiento de los precios. Nada menos que 200 millones de euros en un plan de ataque contra la subida del coste de la vida, un plan que da la impresión que ha cogido con el pie cambiado a la oposición, en especial al Partido Popular.

El ritmo es una de las claves esenciales cuando se trata del período electoral como en el que ya se ha entrado, por eso me extraña esta explosión inicial por parte de una política tan experimentada como la presidenta. No le será fácil al Govern mantener las brasas encendidas en tantos frentes distintos, la capacidad de olvido de los ciudadanos es mayor de lo que podría sospecharse.

Un último apunte hace referencia a cómo, cuándo y de qué manera se van a pagar toda esta traca de mejoras que se anuncian a bombo y platillo, tanto en Palma como en Madrid. ¿Los fondos europeos? Si se cumplen los vaticinios económicos más agoreros, creo que se nos van a caer los palos del sombrajo. De momento, el Banco de España ya ha metido un hachazo para el año que viene. Vivir en un espejismo provocó mucho dolor cuando se desvaneció, no deberíamos caer en el mismo error.

La encuesta

El sondeo del IBES del que se informó ayer en las páginas de este periódico abre un escenario político postelectoral más que interesante, entre otras razones debido al protagonismo que le otorga a Proposta per les Illes. El partido que preside Tolo Gili podría verse en la tesitura de tener que elegir entre sumarse a la alianza de PP y Vox o añadirse al carro del PSIB, Unidas Podemos y Més. ¡Menudo trance! Den por seguro que la silla del Consolat la pagarán entre las del Consell y Cort, unos y otros. Vayan preguntando precios a Josep Melià.