TW
1

En el fallecimiento de la reina Isabel II del Reino Unido, la Gran Logia de Londres, que viene a ser el Vaticano de la masonería, ha expresado sus condolencias a la casa real británica al tiempo que recordaba que el padre de la reina Isabel, el rey Jorge VI y su consorte, el duque de Edimburgo, fueron masones. Reabriendo además la especulación de si la monarca pertenecía a la sociedad, secreta o discreta según la época; de la que conocemos tan poco y de la que se han dicho cosas tan inverosímiles, como que era «un tipo de culto al diablo». Desde la certeza de que «no hay nada más fascinante que una sabiduría secreta» (Umberto Eco) ha surgido la curiosidad que a menudo se ha convertido en seducción por la masonería o francmasonería, con los arcanos que se supone que sus miembros deben guardar. Mas lo cierto es que en España, los masones han sido calumniados y perseguidos, quizás porque en las primeras décadas del siglo XX habían funcionado como grupos antisistema. Eran masones quienes organizaron el Pacto de San Sebastián, de agosto de 1930, y quienes inspiraron la crisis de gobierno de marzo de 1934, provocada por la dimisión de Diego Martínez Barrio, ministro del Interior y grado 33 (máximo) de la Francmasonería española. En Gran Bretaña e Irlanda la historia es muy distinta. Es percibida como un club de aristócratas. Pudiendo decirse, sin miedo a errar, que la masonería moderna es un producto británico. No por casualidad se constituyó en Londres, el 24 de junio de 1717, cuando los ciento quince miembros de las cuatro logias de albañiles que quedaban después de la crisis de la construcción de catedrales se reunieron, en la cervecería Apple tree, y tras nombrar Gran Maestre, impulsaron la redacción de un nuevo reglamento. Quedando encargados del trabajo: Un ministro de la Iglesia escocesa, Anderson y un pastor hugonote, Désaguilliers, matemático, físico y capellán del príncipe de Gales, quienes elaboraron las llamadas Constituciones de Anderson-Anno Domini 1723- In the Year of Masonry 5723 (Datas de la era cristiana y de referencia de los masones). Dándose a conocer el día de San Juan de 1723, lo que fue en realidad el acta fundacional de la masonería moderna. La que habita entre nosotros.