Pau FanerPalma10/05/22 3:59
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La holografía es una técnica fotográfica que permite crear imágenes tridimensionales con la ayuda de un rayo láser. En Japón, Akihiko Kondo, un hombre de 38 años, se casó con su novia holograma. La novia se llamaba Hatsune Miku, y era una cantante pop ficticia. En 2012 el rapero Snoop Dogg actuó en el festival de música de Coachella, cuando llevaba 16 años muerto. Lo hizo mediante un holograma. Gritó: «¡Qué pasa, Coachella!», a pesar de que el festival ni siquiera existía cuando estaba vivo. Fue un milagro realizado por la técnica, a través de ordenadores, cámaras y espejos. Hoy las imágenes que se consiguen son mucho más realistas, usando cámaras digitales, proyectores y láminas plásticas.

En 2009 Frank Sinatra, muerto en 1988, volvió a cantar Pennies from Heaven en la fiesta de un millonario. Algunos aeropuertos ya se han equipado con hologramas del sistema Musion que informan a los pasajeros. Hoy se afirma que esta técnica, en un formato más reducido, podrá ser utilizada en nuestros hogares para comunicarnos en la distancia o para ‘revivir’ a los muertos. Llegará un momento en que no podamos discernir entre la imagen real de una persona y su versión holográfica. ¿Qué pasará entonces? ¿Podremos distinguir entre los vivos y los muertos?

Supongo que bastará con alargar la mano, como ocurre con los fantasmas, para darnos cuenta de que la imagen es incorpórea. La ciencia todavía tiene que avanzar para dar cuerpo a los hologramas. Cuando llegue ese momento sí será posible cohabitar con un holograma, como en el caso de Akihiko Kondo y su novia Hatsune Miku. A lo mejor el mundo será como en Blade Runner, estará lleno de seres humanos y de robots humanoides tan perfectos que hasta tendrán ambiciones y sentimientos.

Podremos crear al amigo o amiga, compañero o compañera ideales y ni siquiera nos enteraremos de si llevamos años casados con un ser humano o con una máquina. Entonces ya seremos inmortales, o lo serán nuestras representaciones, autómatas que trabajarán y vivirán por nuestra cuenta, como ocurre en todas las obras de ciencia ficción. No envejeceremos, ni siquiera viviremos.