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Si lo hubiesen anunciado un coro de ángeles o de trompetas, no me lo hubiese creído. Si lo hubieran proclamado los bandos municipales, los periódicos digitales, los ancianos en sus mesas tomando un café, habría pensado que no era cierto. Aunque parezca imposible, volvieron las rosas. Han regresado.
Creíamos que las habíamos olvidado, que formaban parte de un pasado de alegría colectiva, de encuentro callejero, condenado a desaparecer. Formaban parte también de la leyenda de un caballero valiente, de la sangre de un dragón vencido de la que nació un rosal.

Perdimos tantas cosas en época de pandemia. El confinamiento nos apartó de la alegría ruidosa del encuentro con los demás en las plazas y las calles. Las mascarillas nos impidieron oler muchas flores que se quedaron por el camino de un pasado, no muy lejano en el tiempo, pero absolutamente remoto en nuestros cerebros. Añorábamos la presencia de los demás, la proximidad, la cercanía.
La rosas de la vida siempre acaban abriéndose paso. Se imponen a la tristeza. Ayer regresaron los dragones, los caballeros, las princesas. Los libros y las rosas, tan bellos. Sant Jordi siempre ha sido una de mis fiestas preferidas. Hay algo más bello que celebrar la aventura de los libros y la del amor en un mismo día de primavera? No creo que sea posible.

Un día en que el asfalto se cubre de pétalos de rosas. Un día en que las manos se llenan con el tacto de los libros, y recuperamos el aroma del papel recién salido de la imprenta, a punto para que nuestros ojos recorran las palabras de tinta. No lució un sol espléndido. Llovió a ratos. El viento deshizo el orden de algunas paradas. El sol, la lluvia y el viento estaban en la ilusión de los que se paseaban, hambrientos de fiesta y de lectura. Recuperamos la fiesta de las rosas y los libros. Habíamos temido no volverla a celebrar. Hay pérdidas que duelen. Por suerte la vida nos ha dado una nueva oportunidad para intentar creer que volvemos a ser los que fuimos. Aunque, como decía Pablo Neruda: «Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos».