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Una de las pocas cosas buenas que ha tenido la pandemia es la generalización del pago con tarjeta de crédito en la mayoría de establecimientos y servicios. Lo siento por aquellos trabajadores que complementan sus ingresos a base de propinas y que seguramente las han visto reducidas drásticamente, pero la facilidad de no llevar dinero es muy importante y más en estos tiempos pandémicos. Por eso es fundamental que Cort obligue a los taxistas de Palma a llevar un datáfono en sus vehículos para que el usuario pueda pagar con tarjeta de crédito. Puede pasar, arguyen los taxistas, que en algún momento el aparato no funcione y no se pueda cobrar la carrera si no se lleva efectivo. No le veo el menor problema. Se puede hacer una transferencia por Bizum o una transferencia bancaria instantánea y todo el mundo gana en seguridad. Si no hay dinero físico no hay robos. Así que bienvenido el TPV.