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En EEUU existen publicaciones donde se leen cosas como «la mujer narcisista es tan peligrosa como su contrapartida masculina». Revistas como Psychology Today son así de judeo-masónicas, retratando la criminalidad del narcisismo político e individual, donde hay igualdad de género. El narcisismo maligno es como el fascismo, su expresión política. Si triunfa, nadie lo reconoce. En una sociedad fascista el psicópata narcisista es un ídolo, un ser único, grande y libre que siempre es funcionario del caudillo o caudilla de turno. La sociedad, tras matar al pueblo, arranca del principio de que solo existo yo y mis necesidades.

El narcisista vive para sus intereses vitales y jamás existe nada más. De niño me fijé en que los lobos de mi entorno no decían jamás una sola palabra sobre el mundo: nada ni nadie les suscitaba admiración ni curiosidad. El psicópata viaja para ver pobres y sentirse superior pero jamás para descubrir pueblos o un pasado brillante. En una sociedad sin pueblo, hay dos tipos de narcisistas: los que creen que solo existe lo suyo y no pueden ni imaginar que uno hace cosas por motivos que no sean la salud propia, el dinero, trepar... Y luego los que llevan una vida vegetal, solo regada por la adrenalina de la droga o sensaciones fuertes. Convencionales y disfrazados de corderos como un anciano fascista chocheante o la maternal que «te escucha». Buscan a gente marcada con déficit de respeto, de amistad o deshauciado. Ganada tu confianza, esperan el momento que estés en el suelo y apuñalan. Si sufres un asalto y no puedes ir a una cita, creerán que engañas o que no les quieres. ¡Eso es porque el psicópata te engaña y no te quiere! La frase «cree el ladrón que todos son de su condición» es insuperable. Si les pides el más ínfimo gesto urgente te golpean, con excusas «tu mascota puede estar mucho sin comer». O sea, «dejaré que se muera pero soy bueno».

Ahora el narcisismo en fase terminal. En Bielorrusia. Una jefa de UE: «Los emigrantes son un arma para desestabilizarnos». Unos pocos miles de hambrientos muertos de frío refugiados de guerras organizadas por las potencias están tramando ‘desestabilizar’ el poder de la burocracia blanca de superpotencias. O sea, con bebés muriendo en la nieve, abrigos rotos y pulmonías, van a derrumbar el poder de la Europa, la mujer y España, ambas una grande y libre. Destruyen sus pueblos misteriosas guerras y una vez en la lona, a golpearles. Calummniados de ‘desestabilizar’. Proyección para saber quién ‘desestabiliza’ en Oriente Próximo.