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Desde la Dirección General de la Policía, alguien –llamémosle ‘el poli malo’– ha decidido que las fotos del nuevo DNI 4.0 se hagan en las comisarías, sin importarle lo más mínimo el daño que ello producirá: cientos de comercios de fotografía cerrados y arruinados y miles de trabajadores a la calle, sin poder hacer frente a los gastos familiares e hipoteca. No ha valorado las consecuencias; quizás si fuese él el despedido sin motivo suficientemente justificado sí le importaría y tendría gran preocupación. No es cierto que hacer las fotos en comisaría sea necesario y más seguro para la identificación, de hecho, hace ya mes y medio que las fotos del nuevo DNI 4.0 las están haciendo los fotógrafos y todo es correcto y funciona bien, una simbiosis que viene de hace 70 años y ha producido millones y millones de DNI.

Si pedís cita previa para haceros el nuevo DNI 4.0 por internet, os saldrá una advertencia previa que dice: «OJO» «Recuerda, todavía debes acudir con una fotografía para hacerte el DNI europeo». El ‘todavía’ indica que es así solo de momento, lo cual es muy preocupante para los fotógrafos.

Si la idea del poli malo prospera y las fotografías se hacen en comisaría, siendo los responsables de dicha medida el ministro del Interior, Grande-Marlaska, y el director general de Policía, Francisco Pardo, ambos de un partido que se dice socialista y obrero, mi confianza en dicho partido será nula. La cara de estupor que se me pondrá al ver tanta incongruencia por parte del PSOE, al que la sociedad le confió la creación de empleo y mejora social.

Tan desacertada medida es un atropello a los fotógrafos, que llevan un año y medio sin poder hacer reportajes de boda o comunión por la prohibición de reuniones sociales. La policía no puede hacer esto. Está para ayudar a la gente no para perjudicarla, sería una perversidad. El Sindicato Profesional de la Policía –los polis buenos– apoyan a los fotógrafos, y dicen que las fotos no se deben hacer en las comisarías.

Da mucha rabia e impotencia ver como una gran empresa hará un gran negocio a costa de cientos de pequeños comercios y en perjuicio de miles de trabajadores; además, cada año dicha empresa les cobrará varios millones de euros en concepto de asistencia técnica.