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Durante los últimos treinta años Europa ha logrado circular en paz, junto a los Estados Unidos, como también, Hispanoamérica y países africanos que tuvieron una pausa de relativo período sin guerras. Durante estos años el mundo ha progresado en casi todas partes, aunque no en todos los países, naturalmente. Desde los años 60 del siglo pasado las guerras se han sucedido, y algunas duraron muchísimo, como: USA Vietnam, Israel Egipto, Irak Irán, Burundi Congo, Sudán Eritrea, Irlanda del Norte Gran Bretaña, y un sinfín más.

Últimamente había calma en el planeta, inclusive Afganistán, vigilada por soldados de la OTAN, USA, España, y todos los países miembros. Los soldados se jugaban la vida vigilando los altercados entre talibanes y afganos. Gracias a ellos se consiguió poder vivir con cierta normalidad.

De pronto el presidente, Joe Biden, apostó por una bravuconada por sorpresa: tocó la trompeta de retirada de todas las fuerzas estadounidenses en suelo afgano, incluyendo diplomáticos, tropas, trabajadores, etc. para el 31 de agosto 2021. Por descontado, los demás militares de otros países también se sumaron a la retirada de efectivos. En la fecha programada no quedó nadie que protegiera la población civil, mientras los talibanes lanzaron un ataque al aeropuerto de Kabul, causando la muerte a quince soldados americanos, más ciento y pico de heridos del país. Hasta el cierre de fronteras, muchos salieron a pie hacia los países cercanos. Los aviones militares evacuaron a los civiles europeos, colaboradores, matrimonios mixtos, y todos cuantos pudieron sacar. Fue un ajetreo descomunal, y salió bien.

A todas éstas, el afamado presidente, Pedro Sánchez, se hallaba de vacaciones en Tenerife sin abrir boca al respecto de lo que estaba sucediendo. Algún asesor debió zarandearle, y aconsejarle los qué debía hacer. Fue brillante. Se apresuró a ser el primero en ofrecer la ayuda española a los países involucrados, recibiendo la gratitud de todos ellos. ¡Hasta mantuvo una conferencia de media hora con Biden!, eso dijeron; le trataron de héroe, aunque desconocieran las habilidades de Sánchez como prestidigitador, es capaz de sacar un conejo de la boina, cuando encuentra la oportunidad de ser aplaudido.

No falta nada más, después de llegar a nuestras costas cientos de migrantes que no sabemos dónde meter. ¿Sirve el garaje policial? ¿Qué haremos con los afganos? ¿meterlos en una escalera? Necesitarán alojamiento, comida, trabajo, dinero… como tantos españoles. Las tempestades no cesan, más bien ahogan. Vaya políticos nos han tenemos.