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Las cosas como son. Vivimos en un país raro. Todo el mundo político va de cráneo por un partido que todavía no se ha presentado a ninguna elección -lo de las europeas, todos lo sabemos, es de broma, debido a la elevadísima abstención-, que de hecho no puede decirse que aún existe formalmente y que, por si faltaba poco, antes de concurrir a comicios y de aparecer orgánicamente completo ya ha rectificado su ideario un montón de veces, el cual, por otro lado, es ignoto porque no lo ha presentado como tal. Y sin embargo las formaciones con representación y los periodistas nos pasamos el día hablando de Podemos. Cómo no concluir que estamos mal. O que somos raros. En Baleares todavía vemos con más nitidez tanta rareza. Los políticos más progres decidieron elegir sus cabeza de cartel electoral a través de lo que llaman “primarias”. Elecciones internas a tal fin. Tanto el PSOE como Més tenían que demostrarnos que gracias a ese sistema de elección ellos eran más demócratas que nadie y que, además, iban a resultar enormemente fortalecidos. Pasan las respectivas “primarias” y menos mal que tenían que vigorizarlos: Més pierde uno de sus miembros y se monta un pitote de categoría, a la vez que el PSOE tiene a sus gentes de Palma preparándose para votar masivamente a Podemos en el Parlamento y no a Francina Armengol. Sin duda han sido un éxito las “primarias” de PSOE y Més. Que organicen otras más y el PP no tendrá por qué preocuparse de nada. Para seguir con rarezas, el partido conservador, que ha tenido a lo largo de toda la legislatura follones de todo tipo especialmente en el sector educativo, con tres responsables de la consejería en tres años y medio, parecía haber encontrado en Núria Riera la calma y mano izquierda suficiente como para acabar en paz los cuatro años. Para nada. Ha tenido que provocar otro escándalo que puede derivar en los juzgados y que marcará los últimos meses de la legislatura. No se puede ser más raro. A este Govern le va la marcha dura. No hay duda. En fin, como para negar que en este país y en nuestra región seamos políticamente raros.