TW
0

Los grupos parlamentarios del PSOE y del PSM han protestado la farsa de la nominación del nuevo director general del PP audiovisual levantándose de sus escaños y dejando sola en el hemiciclo a la bancada conservadora. Los diputados del PSM, además, llevaban unos carteles alusivos al control político que ejerce en su televisión el PP. Incluso la diputada Fina Santiago, del grupo nacionalista (subgrupo IniciativaVerde), exigía que el Govern no convierta a IB3 en “Intereconomía balear”. Tienen razón los grupos opositores al criticar al Govern por el maltrato que está infringiendo a la radio y televisión balear. La tele, más que conocido es, está sujeta al deseo del Govern tanto como que su conseller de Presidencia ha sido el ¡director general! durante seis meses. Una sinvergüencería política sin parangón en el mundo democrático. Y cuando éste acaba su impudoroso mandato, ponen en su lugar ¡a un exsenador del PP! Toma ya independencia, pluralidad y etcétera. Y no es solamente eso. La política de degüello económico que lleva a cabo José Ramón Bauzá ha dejado el ente con apenas treinta millones de presupuesto al año, con lo cual el cierre de un programa tras otro –y el paro aumentando y aumentando- es el resultado inexorable, amén, claro está, de una bajada de la audiencia tras el remonte de los meses anteriores –ahora vuelve a estar en el triste 5% o por ahí-. Con este panorama, la oposición de izquierda se queda corta al criticar al Govern por cómo maltrata a IB3. Aunque quizá debería fijarse más en lo que no hace con el ente: como por ejemplo estar preparando su privatización. En fin, que tras el cierre de Ràdio i Televisió de Mallorca el sino de IB3 está escrito.