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Se queja el anticatalanista Círculo Balear, a través de un comunicado, de que el Govern no hace lo que prometió que haría respecto a la liquidación del catalán como lengua vehicular en la educación. Tiene razón, la benemérita organización que vigila las terribles amenazas que nos acechan, traídas por el pérfido catalanismo universal que nos quiere invadir. Se equivoca empero en focalizar su atención crítica exclusivamente sobre el pobre conseller de Educación y portavoz del Ejecutivo, Rafel Bosch. Quien se ha convertido en su bolo particular al que tira todas las bolas de acero. El Govern, todo gobierno, es responsable en comandita de lo que hace y por supuesto su presidente es el que más lo es, que es quien elige a sus consejeros libremente. No hay acciones aisladas, en un gobierno. Todas son colegiadas, sin menoscabo de la máxima responsabilidad que atañe a su presidente. Por supuesto que también pasa igual con el ejecutivo de José Ramón Bauzá. Claro que si el Círculo no intentara visualizar la atención crítica de todo el anticatalanismo solamente sobre Bosch, entonces quizá alguno de sus escasos correligionarios tendría que preguntarse qué hacen cobrando de ese gobierno “traidor” Carlos Delgado y Jorge Campos, adalides del anticatalanismo de boquilla más rampante de la región. Aunque, como se sabe, la ideología bien entendida empieza y termina en el cargo público. Faltaría más.