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Un hombre ha sido detenido por la Guardia Civil en Artà acusado de matar a otro a cuchilladas, en la noche del viernes. Se trata de un nuevo crimen en Mallorca que pone de relieve un dato del que vienen alertando las estadísticas policiales: la violencia está aumentado de forma inquietante y cada día se registran más peleas y agresiones en la Isla. La Guardia Civil y la Policía Nacional, con los escasos medios de los que disponen, hacen una labor encomiable, pero en ocasiones se ver desbordados por esta ola de violencia inusitada que en ocasiones está relacionada con el consumo de alcohol y drogas. Tampoco ayuda la adicción a internet, donde circulan vídeos salvajes que llevan a algunas personas a normalizar conductas que, en realidad, son punibles.

Cuatro casos en 2023.
En lo que llevamos de año, se han registrado tres crímenes y se ha esclarecido un cuarto. En una casa de s’Arracó un hombre, guatemalteco, mató a puñaladas a un joven compañero de piso, argentino. En un bar de Cala Millor, un español atacó sin motivo a otro que estaba en la barra y le provocó heridas críticas a puñetazos. Días después, el albañil, de 55 años, murió en Son Espases. En la Platja de Palma un alemán de origen dominicano fue asesinado a cuchilladas por un compatriota en la calle tras una discusión en un bar. Y hace unas semanas la Policía Nacional, en una brillante investigación, descubrió que un turista germano atropellado mortalmente en 2022 había sido, en realidad, un crimen.

Difícil solución.
Ante esta oleada, los expertos reconocen que encontrar una solución a la violencia desatada es difícil. En muchos casos, se trata de individuos que no conceden ningún valor a la vida humana y que, por consecuencia, no dudan en esgrimir un cuchillo blandir una barra de hierro para atacar a otros por el más nimio motivo. La vigilancia policial y la prevención poco pueden hacer ante estas salvajes conductas.