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La inflación se aceleró en agosto hasta el 2,6 por cien interanual, tres décimas más que en julio, mientras que en Balears el incremento fue del 3,1 por cien. El encarecimiento de los carburantes mantiene esta espiral inflacionista, según los datos difundidos por el Instituto Nacional de Estadística. El dato definitivo del índice de precios de consumo (IPC) de agosto suma dos meses consecutivos al alza, dinámica que interrumpen la tendencia de moderación desde que, en el verano de 2022, las tasas superaron el 10 %. El precio de los alimentos no da tregua y ha subido un 10,7 % durante este último año. Al mismo tiempo, la inflación subyacente –que no tiene en cuenta los precios de la energía y los alimentos por ser los más volátiles– se moderó hasta el 6,1 %, una décima menos que en julio, y se situó tres puntos y medio por encima del IPC general. La optimista interpretación que hizo el Gobierno, según la versión difundida por la vicepresidenta de Asuntos Económicos en funciones, Nadia Calviño, consiste en que «España se consolida como la economía europea con mayor crecimiento y menor inflación».

¿Cómo llenar el carro de la compra?
La realidad es tozuda: el precio de los alimentos no para de subir, como confirma el incremento de un 10,7 % en un año. El azúcar, el aceite y las patatas son los tres productos que más se han encarecido estos últimos doce meses en las Islas. Llenar el carro de la compra es cada vez más difícil para las familias, obligadas a renunciar al consumo de productos frescos, que forman parte de la dieta mediterránea.

Frenar el encarecimiento de precios.
La inflación, calificada como el ‘impuesto de los pobres’, castiga a quienes cuentan con menos recursos al reducir su poder adquisitivo. Algunas autonomías, como Balears, ya han acordado rebajas de impuestos. Pero es preciso adoptar otras medidas más eficaces, que corresponden al Gobierno central, para frenar, de una vez por todas, el encarecimiento de precios.