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La presidenta del Govern, Marga Prohens, presentó este martes la aprobación de un importante paquete de rebajas fiscales en Baleares, siendo la más importante la supresión del impuesto de sucesiones al eliminar cualquier tipo de gravamen sobre las herencias entre padres e hijos, abuelos y nietos y entre cónyuges. Además se rebajan los existentes entre hermanos y entre tíos y sobrinos. Por otra parte, también se elimina el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales en la adquisición de la primera vivienda para jóvenes menores de 30 años. La aplicación de estas medidas, uno de los compromisos electorales estrella del PP durante la pasada campaña, supondrá un recorte estimado de 75 millones en la recaudación tributaria del Govern.

Un impuesto controvertido.

La aplicación del impuesto de sucesiones suscita una controversia política constante entre la derecha y la izquierda, tanto por razones jurídicas y fiscales como sociales. Prohens enarboló durante toda la campaña la eliminación de un tributo que se considera injusto y cuyo importe final era inasumible para algunos herederos, cuestión que ha querido dejar resuelta en las primeras semanas de su mandato hasta el punto de ser Balears la comunidad con la mayor rebaja fiscal en la materia; todo un mensaje del nuevo enfoque que se le quiere dar a las políticas del Govern en esta legislatura.

Un equilibrio delicado.

Las nuevas ventajas fiscales suponen una merma en los ingresos de la Comunitat Autònoma, 75 millones según los cálculos del propio Govern, que también tienen sus consecuencias en la capacidad de financiación de los servicios públicos esenciales; cuya situación dista mucho de poder considerarse óptima. Prohens y su equipo muestran su compromiso con el electorado cumpliendo una de sus principales promesas, pero ello no debería justificar un retroceso en las prestaciones públicas; que muy necesitadas están de recursos.