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La abogada laboralista Yolanda Díaz, ministra de Trabajo y vicepresidenta segunda del Gobierno de Pedro Sánchez, arrancó el domingo en el polideportivo Magariños de Madrid su campaña para convertirse en la primera mujer que presida el Gobierno de España. Al frente de la plataforma Sumar, pero sin el apoyo de Podemos, se autoproclamó como la líder de la izquierda situada a la izquierda del PSOE. Su propuesta quiere ser transversal bajo el lema ‘Empieza todo’ y con grandes proclamas y reivindicaciones como «la política útil», «llegar a acuerdos como las personas normales», «ensanchar la democracia con un movimiento democrático y un nuevo contrato democrático para la próxima década» y «la política de verdad es esa que mira a los ojos de las personas humildes, pero mira también con mucha ‘forteza’, en gallego, a los ojos de los poderosos». Díaz carece de partido propio porque sus principales apoyos consisten en las formaciones vinculadas a Podemos y los disidentes del partido morado.

Reticencias de Unidas Podemos.

El lanzamiento de la candidatura de Díaz, militante del Partido Comunista de España y de Unidas Podemos, forma parte del recorrido paralelo a UP iniciado en noviembre de 2021 para presentarse a las próximas elecciones generales de España. Quiere construir un nuevo espacio que aglutine a las fuerzas situadas a la izquierda del PSOE. Es un proyecto que provoca incomodidad en el Gobierno de coalición, concretamente por las reticencias de Podemos.

Escenario de desestabilización.

Díaz invoca la gestión realizada y el aval de Sánchez como aliada preferida para seguir en el Gobierno. Pero la fractura con la formación morada –Pablo Iglesias advierte que «si Sumar decide ir sin Podemos, será una tragedia electoral y política»– complica la continuidad del PSOE en La Moncloa e incrementa las opciones de desestabilización del Ejecutivo al afrontar el tramo final de esta legislatura.