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La Comisión Europea dictaminará, en los próximos días, sobre el proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2023, redactado por PSOE y Podemos, que ha superado su primer examen al ser rechazadas siete enmiendas a la totalidad con los votos de la mayoría del bloque de la investidura, en el que participan ERC, PNV, EH Bildu y otras formaciones minoritarias. Aun cuando siguen suspendidas las reglas fiscales europeas, la Comisión de la UE dará a conocer sus observaciones sobre las cuentas con las que el Gobierno de Pedro Sánchez afronta el año electoral. Este informe es esperado con gran expectación por las discrepancias sobre las previsiones de crecimiento entre el Ejecutivo de coalición, la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal y el Banco de España. El escenario macroeconómico diseñado por el Gobierno fue avalado inicialmente por la Airef, pero después detectó «carencias notables» y alertó sobre su debilidad, mientras que el Banco de España añadió dudas al rebajar las cifras de crecimiento de La Moncloa del 2,1 por ciento al 1,4.

Unas cuentas públicas creíbles.
La prioridad consiste en convencer con unas cuentas públicas creíbles y con unos indicadores que incluyan el impacto de la inflación y la crisis energética, cuya evolución depende más de la guerra de Ucrania que de la capacidad de decisión de cada gobierno; todo ello con una previsión de recesión técnica de la economía española este cuarto trimestre del 2022.

Fiabilidad y solidez del marco fiscal.
El crecimiento condiciona los ingresos y los gastos públicos y marca también los límites presupuestarios. De ahí la relevancia que adquiere el dictamen de la Comisión Europea sobre la fiabilidad y la solidez del marco fiscal que ha presentado el Gobierno en un proyecto de Presupuestos que ahora recibirá miles de enmiendas. El informe de Bruselas debe eliminar las dudas surgidas por la trascendencia de las cuentas públicas para la economía de España.