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El exjuez Manuel Penalva y el antiguo fiscal Miguel Ángel Subirán deberán sentarse en el banquillo de los acusados. Así lo ha decidido la Sala de lo Penal del Tribunal Superior de Justicia de las Illes Balears (TSJIB), que considera que existen indicios más que suficientes de prevaricación. La decisión ha adquirido una dimensión atómica en los ambientes judiciales, entre otras cosas, por la contundencia del auto, de más de 300 páginas.

El ‘caso ORA’ , epicentro del terremoto.

La instrucción del ‘caso ORA’, según se desprende del texto de la sentencia interlocutoria, es el epicentro del gran terremoto que ha convertido en acusados a Penalva y a Subirán. Ambos ampararon las detenciones de una docena de personas, al parecer, sin que hubiera indicios solventes de delito. En este sentido, cabe recordar que el magistrado llegó a forzar el arresto de los padres y el hermano del expolítico Álvaro Gijón sin que estuviera justificado. El ingreso en prisión preventiva del empresario Antoni Roig también podría considerarse un caso de posible prevaricación por parte del juez y el fiscal.

Una historia de terror.

El extenso auto del TSJIB también amplía los delitos por los que Penalva y Subirán podrían ser juzgados. Existen evidencias de que se realizaron advertencias (o amenazas) de que los interrogados dormirían en el calabozo policial si no declaraban lo que se esperaba. El texto incluye un posible delito de revelación de secretos para generar un clima de opinión hostil a los investigados. Cabe recordar que Penalva fue apartado de la investigación del ‘caso Cursach’ en 2018 tras ser recusado por sus mensajes a una testigo clave, la madame, y que en julio de 2021 el Poder Judicial le jubiló por incapacidad. Ahora, el TSJIB ha dado luz verde para juzgar a Penalva y a Subirán, también incapacitado, por coaccionar a testigos y ordenar detenciones ilegales. Sin duda, una historia de terror.