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Aunque el sector turístico coincide en que la recuperación de la actividad, la ocupación y el volumen de negocio con niveles prepandemia no se alcanzará hasta el 2023, el miércoles se inaugura en Madrid la 42 edición de Fitur, que mantendrá sus puertas abiertas hasta el 23 de enero con 6.933 participantes. Entre ellos, representantes de todas las comunidades, empresas vinculadas al negocio turístico y destinos de 107 países; 70 de ellos con representación oficial internacional, encabezados por República Dominicana, que asiste como ‘país socio Fitur 2022’. A diferencia de la feria BIT de Milán, que ha sido aplazada de febrero a abril, y de la ITB, que ha anulado el formato presencial, la organización de Fitur opta por la presencialidad para ser el acelerador del turismo pospademia. Así lo afirma la directora de la feria española, María Valcarce, al confiar en que celebrar Fitur de forma abierta suponga «un gran impacto en la dinamización del turismo».

Severas medidas de seguridad.

Fitur 2022 se celebrará con los contagios disparados por la variante ómicron, y cuando aún no se ha alcanzado el pico de la sexta ola. Los responsables de Ifema aplicarán medidas estrictas para evitar la transmisión del virus. Exigirán el certificado digital a quienes procedan de países de la UE, mientras que los que acudan de terceros países habrán de presentar un test negativo de PCR o de antígenos realizado 24 horas antes. No se podrá entrar con mascarilla quirúrgica al imponerse el uso de las FFP2.

¿Una apuesta arriesgada?

La expansión de la variante ómicron ha frenado la recuperación y amenaza el balance del primer trimestre. El sector turístico español, y también las administraciones, lo fían todo a Fitur para transmitir que los viajes de ocio pueden convivir de forma segura con la realidad de la pandemia. En los próximos días se sabrá si la decisión de celebrar esta feria es una apuesta arriesgada o bien consolida la reactivación.