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Los datos de la evolución del desempleo durante el pasado año, tanto a nivel estatal como de Balears, han dado una alegría. La recuperación económica ha permitido mejorar incluso la tasa de paro previa al estallido de la pandemia, todo un hito que permite afrontar los próximos meses con optimismo. A pesar de la incertidumbre, una constante durante todo el 2021, la confianza en el futuro ha arrastrado inversión y generado más puestos de trabajo. La salida de la crisis ha sido más lenta de lo que vaticinaban algunos expertos, incluido el mismo Gobierno, pero al final ha mantenido una evolución constante y mejorando incluso los registros anteriores. Un logro muy vinculado a la vacunación.

Despejar las dudas

El 2020 ha sido un ejercicio jalonado por las dudas e inquietudes generadas por un virus al que los científicos, en un tiempo récord, han conseguido plantarle cara con las vacunas. El efecto fue inmediato, la confianza en que era posible vencer a la COVID se adueñó de los mercado y los inversores recuperaron la confianza, punto de partida para la reactivación del consumo. Volver a poner en marcha la actividad económica se ha plasmado en la bajada del paro, ahora en torno a 56.000 personas en las Islas; cifra inferior a la de 2019. Esta sexta ola, provocada por la variante ómicron, vuelve a ser una amenaza, pero ahora su impacto –pese a las cifras de los últimos días– está más controlado.

Estar preparados

La pandemia todavía no se puede dar por finiquitada, pero es preciso incorporar la experiencia de sus embates de cara a futuras oleadas. Las vacunas se han confirmado como la mejor defensa contra el virus, atenúa de manera muy importante la gravedad de los contagios, y también el salvoconducto para evitar el desastre definitivo del sistema productivo. Bueno sería que los negacionistas también tomasen nota de ello.