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La destitución del secretario general y portavoz del Partido Popular valenciano, Ricardo Costa, no ha logrado aplacar la crisis derivada del 'caso Gürtel' ya que ha implicado a toda la cúpula de la dirección estatal de la formación conservadora, en especial a su presidente, Mariano Rajoy, cuyos apoyos incondicionales al presidente de la Generalitat valenciana, Francisco Camps, le está generando una enorme pérdida de credibilidad ante la opinión pública. La mecha que prendió Esperanza Aguirre, expulsando a sus diputados imputados en la Asamblea de Madrid, generó una presión inaguantable sobre Camps y su colaborador más directo, Costa, que en su defensa no dudó en atacar a los responsables en Génova.

A pesar del apoyo explícito de Rajoy, Camps no sale indemne de este convulso episodio, las palabras del presidente del honor del PP, Manuel Fraga, poniendo en duda su honorabilidad deja en entredicho a los máximos dirigentes de su formación política. Los acontecimientos evidencian el calado de la convulsión interna que está provocando la instrucción judicial del 'caso Gürtel', los datos que se han dado a conocer revelan una auténtica trama de corrupción que ha contaminado de manera muy grave las principales instituciones valencianas con la aparente connivencia o autorización del Partido Popular a nivel estatal. No puede entenderse de otro modo la defensa incondicional de Francisco Camps por parte de sus correligionarios de Madrid. Todos estos indicios deben ser aclarados desde la óptica judicial, con independencia que frente a este escenario el liderazgo de Mariano Rajoy ha quedado seriamente lastrado de cara a su proyección política, la cual ha quedado definitivamente enturbiada.