Sim Wong Hoo, creador de las tarjetas de sonido Sound Blaster | CREATIVE

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El fundador y director ejecutivo de Creative Technology, Sim Wong Hoo, encargado de dar vida a la empresa creadora de las famosas tarjetas de sonido Sound Blaster, ha fallecido a los 67 años de edad.

El inventor, nacido en Singapur en 1955, murió el pasado 4 de enero de 2023 por causas que no han trascendido, aunque ha sido la propia compañía en la que figuraba como CEO la que ha anunciado el deceso.

Concretamente, desde Creative han recordado al recientemente fallecido como "un visionario, inventor y emprendedor que dio voz al PC" por haber diseñado las tarjetas de sonido Sound Blaster en la década de los 80 y los 90.

Este modelo fue una de las primeras tarjetas de procesamiento de audio dedicadas disponibles para el mercado global, cuando anteriormente este tipo de componentes estaban destinados a profesionales y desarrolladores.

Sim Wong Hoo fundó Creative Technology en 1981, pero empezó a comercializar estas tarjetas a finales de dicha década y comienzos de la siguiente, cuando la Sound Blaster se convirtió en la tarjeta de expansión más vendida para ordenadores.

En 1991, la Sound Blaster Pro salió al mercado con una capacidad de grabación de hasta 22 kHz y reproducción a 45 kHz. Al año siguiente, no obstante, Creative Techonolgy lanzó su tarjeta de sonido más popular, la Sound Blaster 16 PCI, que introdujo el sampleo de audio digital en 16 bit y 44 kHz.

Además de por democratizar el acceso a estos componentes, la compañía fundada por Wong Hoo siempre será recordada por haberse enfrentado a Apple en una disputa de patentes, una batalla legal que ganó el fabricante singapurense.

Fue en 2006 cuando ambas compañías se enfrentaron después de que Creative Technology presentase hasta cinco demandas contra el fabricante de iPhone por infringir con sus iPods la patente de un sistema de navegación utilizado para acceder a contenidos musicales de su reproductor Zen.

Finalmente, el gigante tencológico zanjó el litigio con un pago de 100 millones de dólares (80 millones de euros al cambio en su momento). Gracias a este pago, Apple pudo utilizar dicha patente en sus productos.

Entonces, Apple resaltó que podría recuperar una parte de este pago en caso de que resultara exitoso licenciar dicha patente a otras compañías y el acuerdo concluyó con la unión de ambas en el programa de Apple 'Made for iPod'.