El collar lleva dos placas y una inscripción muy especial

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«Tengo que encontrar a su propietario, este sábado vuelo a Australia», expresa Jessica con preocupación. Es mallorquina pero reside en el país oceánico desde hace dos años. Lo curioso es que, recién llegada a la isla, donde pasará unos días con su familia y amigos, encontró una joya de gran valor sentimental que está intentando devolver a su dueño.

«Paseaba por la Carretera de Valldemossa y vi algo en el suelo, enseguida me di cuenta del valor que tenía y me puse en marcha para idear como devolverla», explica Jessica a Ultima Hora. Se trata de un collar, hecho en parte de oro, que cuenta con dos placas muy especiales, una de ellas lleva grabados dos anillos de boda en relieve. «No quiero contar más de la cuenta porque no quiero que nadie se aproveche y se lleve algo que no es suyo pero hay una gran historia detrás, de mucho valor sentimental. Las placas se llevan unos años entre sí», cuenta.

Jessica Aguiló, periodista de profesión, sabe lo que es perder algo de valor, «sé perfectamente como te sientes porque me ha pasado, cuando pierdes algo así sólo quieres que vuelva». Pero también es cauta, sobre todo por lo que le ocurrió nada más publicar su hallazgo. «Me escribió una persona y me dijo que era de su madre, me resultó extraño porque no me dio muchos datos y entonces se me ocurrió preguntarle cuál era la inscripción; no la sabía y dejó de escribirme, ahí modifiqué el 'post' y por eso no voy a devolverla a no ser que me digan qué dice realmente el colgante», narra ligeramente decepcionada por ese primer intento de engaño.

Éste fue el 'post' que subió a Facebook:

A ella, en ningún momento se le pasó por la cabeza quedársela o venderla, «en Australia hay una gran comunidad y cada barrio tiene página en redes sociales, los vecinos jamás se quedan nada que no sea suyo, es un país muy honesto; como debe ser», explica. De hecho, le ha sorprendido las decenas de reacciones que valoran su actitud en redes sociales. «Me llama la atención que nos sorprenda que alguien haga lo que debe hacer. Es que es lo que tendríamos que hacer todos», sentencia.

Las horas pasan y el collar sigue sin su legítimo propietario aunque Jessica no pierde la esperanza, si llega el día de su partida, entregará el collar a la Policía y la búsqueda de su propietario pasará a otras manos. Aún así, espera que, con la ayuda de los ciudadanos que comparten sus publicaciones y los medios de comunicación que se han interesado por la historia, en breve, alguien vuelva a ser muy feliz al recuperar ese tesoro personal.