El próximo 28 de los corrientes, Día de los Inocentes para más señas, CarlosPenas, escritor, poeta, pintor y escultor, dará a conocer su libro, La regla crítica, y lo hará en el Hotel Artmadams, contando para que lo presente con Patricia Chinchilla, escritora.
(Con anterioridad a este, Penas ha publicado otros tres libros de poemas: Los desagravios de Oximorón, He roto los abetos y Hoy te regalo el veneno del caramelo que me diste aquella noche de septiembre a las 23 horas.)
–¿Qué es La regla crítica?
Es una sección de Infomag Magazine para la que escribo desde el año 2017. Se publica en una revista impresa y digital, y se acompaña con una fotografía disparada por mí, a la sien. En cuanto al título, es un juego de palabras, evidentemente. La regla puede ser un instrumento de medición, una norma o una referencia menstrual porque es de periodicidad mensual y, además, cuando escribo me desangro. Bueno, y crítica, ya que se relaciona con una situación de crisis y con la importancia que tiene el pensamiento crítico para poder evolucionar como seres humanos. Y como seras humanas, por supuesto.
–Usted es pintor, escultor, poeta y escritor. ¿Qué opina del arte después de saber lo que se ha pagado por un plátano pegado a la pared con cinta americana?
Del arte pienso lo que he pensado siempre y nunca dejaré de pensar. Otra cosa es el mercado del arte, que no es lo mismo. La culpa no es del plátano, ni del chachachá, es del dadaísmo. Parafraseando a Tristan Tzara, te diré que sólo los imbéciles pueden interesarse por algo así.
Carlos, como pintor, piensa que una cosa es el arte y otra el mercado del arte.
–¿Por qué hay más artistas y, sin embargo, cada vez se venden menos obras de arte?
No creo que haya muchos más artistas que hace veinte años, pero sí es verdad que hay mucha más gente que pinta, que hace esculturas o que junta palabras. En cuanto a las ventas, se vende lo que permite la saturación y la ignorancia.
-¿Qué cambiaría en las exposiciones? ¿Prohibiría hacerse fotos delante de las obras? ¿Prohibiría las copas y las croquetas?
Quitaría la prepotencia y la falta de compromiso. Añadiría la imaginación y el buen gusto, sin duda. Por lo demás, me gusta que la gente se haga fotos delante de una obra y me parece fantástico que se ofrezca algo para beber y comer porque las inauguraciones y presentaciones son eventos para socializar. El problema es ese tipo de personas que van, comen hasta romper aguas, beben como si no hubiera un mañana y disparan fotos como posesos sin haber dedicado dos minutos a ver las obras; son los que suelen irse sin despedirse, y rápido, para tomar el postre en otro evento. No soy amigo de prohibir y por eso prefiero ofrecer cañas antes que botellines de cerveza, para evitar eso de chupar en vez de beber. .
–Las autoridades que tienen que ver con el arte, ¿lo apoyan?
Lo mínimo, ni lo justo y necesario siquiera. ¿Por qué? No lo sé. Yo creo que para ocupar los cargos que ocupan sólo les exigieron aprender de memoria Los intereses creados, de Jacinto Benavente.
–¿Por qué, a veces, se viste de mujer? ¿Qué tiene que ver con ellas?
Nunca me visto de mujer. Ni en carnaval. Lo que pasa es que vestir es dar un mensaje, aunque no lo pretendamos. Y hay veces en las que determino el mensaje que quiero dar cuando me visto. En el caso de La regla crítica, refuerzo mis propósitos con una falda porque es femenina, con la boca mal pintada de rojo porque me desangro cuando escribo, y con unos pendientes támpax para que no me sangren los oídos con la cantidad de gilipolleces que tienen que soportar mis orejas. Además, imagínate hacer esa pregunta a un escocés, sería la hostia.
Patricia Chinchilla presentará al artista, Carlos, y su obra, ‘La regla crítica’.
–¿Qué le ofrece al lector con su libro? Convénzame para que lo compre.
Complicidad. Sí, le ofrezco la posibilidad de sentirse cómplice con expresiones que son duras y crudas, con esas que muchos no dirían nunca jamás pero que si se leen se aprueban en silencio. Ya ves, te ofrezco pensar sobre cosas que todos pensamos pero nadie dice, entre el humor y el descaro, entre la locura y la cordura, entre la razón y la indignación. Y, para acabar de convencerte, te diré que si no le gusta le devolvemos su dinero.
–Veo que forma parte del Círculo de Escritores de Baleares. ¿Cuáles son vuestras pretensiones? ¿A quiénes está abierto?
Lo que pretendemos es fomentar la vida cultural e intelectual de Baleares, promocionar y difundir la obra de las escritoras y escritores residentes en las Islas. Se realizarán todas aquellas actividades que sean necesarias y colaboraremos con las administraciones públicas y privadas para el cumplimiento de esos fines. Podrán ser socios del CEBA las escritoras y escritores que formalicen la correspondiente solicitud y que hayan sido admitidos.
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