Susan Rodríguez ha convertido We Lovers Store en el hogar del artesano emprendedor. | Miquel Àngel Cañellas

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Se conoce como ‘Kairós’ a un concepto de la filosofía griega que representa un lapso de tiempo en el que sucede algo importante, un instante decisivo en el que puede cambiar todo de forma radical. Susan Rodríguez vivió su Kairós particular el día que decidió acometer una aventura que conecta sus dos grandes pasiones: la artesanía y el emprendimiento (y no tenemos claro qué va primero). De esa guisa nacía We Lovers Store, un punto de encuentro donde los creadores de la Isla muestran el resultado de su inspiración.

Una colorida entrada nos da la bienvenida, ya en el interior unas estanterías atiborradas de género llaman poderosamente nuestra atención. Encontramos tarjetas postales, láminas ilustradas, cerámica, encuadernaciones, bisutería, camisetas, bodys para bebés... un mar de productos que son el testimonio vivo de artesanos que despliegan su talento en múltiples formatos, con el denominador común de crear desde la Isla, al menos en su mayoría. Conjugan funcionalidad y creatividad con el encanto de la artesanía clásica, pero todos le ponen su impronta a una producción reducida aunque hecha con el corazón.

Tras el mostrador nos recibe Susan Rodríguez, con una sonrisa que podría iluminar la noche más cerrada. Cambió Perú por España, donde acumula tres lustros, de ellos ha pasado el último en la Isla, donde asegura haber encontrado su lugar. Nuestra protagonista brinda un expositor para que los creadores exhiban sus productos hechos a mano. «Soy artesana, he pasado frío y calor, he sufrido el viento y la lluvia... hasta que decidí conseguir un sitio físico; pero también quería hacer comunidad».

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Su especialidad es la bisutería y accesorios de todo tipo, que crea junto a su madre, los «trabajamos la tela peruana y mallorquina». El emprendimiento llamó a su puerta en etapa escolar, «siempre me ha gustado crear», pero no fue hasta su desembarco en la Isla que lo concibió como algo más que una afición. «Aquí descubrí el mundo de las fires, de la artesanía, de los mercados… y me encantó. Siento que este es un lugar donde aún se aprecia la artesanía y lo hecho a mano y pensé en potenciarlo con una tienda que uniera a muchos artistas».

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Si algo convierte We Lovers Store en una atracción para los compradores es su mezcla de sofisticación, tradición y diseño innovador, «al principio pensé que mis clientes serían principalmente turistas, pero la mayoría son de aquí, vienen todo el año y valoran mucho el trabajo artesanal y los talleres que hacemos casi a diario».