Juan Pedro piensa que el rey Juan Carlos «lo que busca yendo a Galicia es pasar tiempo de calidad cerca de sus amigos».

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Juan Pedro Barrié Río reside en A Coruña, pero vivió durante muchos años en Palma, a donde viaja a menudo ya sea de vacaciones o por trabajo. El otro día, a raíz de la publicación en The Times que dejaba a Galicia en un gran lugar en prácticamente todo, le llamamos y antes que nada le pedimos que nos recordara su paso por la Isla y el motivo por el que regresó a A Coruña.

«En 1993, cuando tenía 7 años, mi familia se mudó a Mallorca. Mi colegio fue Montesión y después estudié Arquitectura Técnica pero, como toda mi generación, a la hora de incorporarme al mercado laboral encontré un panorama complejo, por lo que compaginé todo tipo de trabajos, siendo en aquella época cuando nació la idea de mudarme a Galicia. A Coruña estaba experimentando un resurgimiento gracias a la expansión de Inditex y Estrella Galicia. La ciudad estaba viviendo una situación completamente diferente a la del resto de España. Además, estaban apoyando proyectos emprendedores, lo que me motivó a dar el salto y, con más ilusión que experiencia, establecí una empresa de gestión inmobiliaria. Con el tiempo surgieron otras oportunidades de negocio y acabé montando diferentes empresas. Paralelamente, nació la Fundación Condado de Taboada con el fin de apoyar al desarrollo social y la investigación en la lucha contra el cáncer y, con el tiempo, mi relación con ella se fue estrechando hasta acabar siendo Patrono de la misma».

¿En qué consiste su trabajo ahí?
— La fundación es la propietaria de un importante patrimonio histórico en Galicia de cuya explotación obtenemos los recursos que invertimos en desarrollar programas en diferentes áreas. Financiamos proyectos de investigación oncológica, damos soporte a diferentes ONG y aunque estamos en A Coruña, desarrollamos proyectos tanto a nivel local como internacional. Me considero un afortunado porque la labor que desarrollamos desde la fundación es bastante amplia, es imposible aburrirse.

¿De qué modo la Xunta apoya la cultura?
— El patrimonio histórico y cultural de Galicia es realmente impresionante ya que, debido a su particular geografía, permaneció aislada del resto de España durante siglos y ayudó a que muchas de sus tradiciones se mantuvieran intactas, creando un pueblo autosuficiente, humilde, trabajador y con una fuerte identidad. En la actualidad, tanto las administraciones como las organizaciones privadas estamos haciendo un importante esfuerzo en la inversión cultural que ha enriquecido la sociedad y que, a día de hoy, ha conseguido que sea una región puntera en diseño, moda, literatura, arquitectura, cine, música, arte o gastronomía.

‘The Times’ considera a Galicia uno de los mejores lugares de España, tanto por su naturaleza como por sus ofertas diversas. ¿Qué supone eso para vosotros?
— Galicia está viviendo el momento más interesante de su historia reciente: creciendo en todos los ámbitos y cambiando su visión de sí misma y lo está haciendo sin perder su identidad. Debido a su geografía, existe una Galicia rural en la que el tiempo va a otra velocidad, otra atlántica marinera, otra milenaria llena de peregrinos y otra vanguardista puntera a nivel mundial. Me gusta pensar que este es el factor que ha hecho que una organización como la nuestra se dedique a cosas tan diferentes. Al fin y al cabo, nos hemos adaptado a lo que cada ‘Galicia’ pedía. Sin ir más lejos, en los últimos años hemos desarrollado proyectos de investigación en oncología molecular, formaciones para emprendedores, festivales de poesía, exposiciones, conciertos, proyectos de reforestación, de prevención contra incendios, proyectos de explotación turística o investigaciones históricas con universidades de diferentes países. Nada de esto habría resultado posible si no existiese un entorno propicio a nivel político y social, ya que parte de los programas que realizamos nacen de propuestas que llegan desde administraciones, asociaciones, empresas o vecinos.

¿Y qué supone para Galicia que el rey emérito pase temporadas ahí? A Mallorca, durante más de 30 años, le supuso mucho.
— Resulta evidente que el rey Juan Carlos no es la misma que era en los 90 y como tal el impacto que tuvo en Mallorca no se puede comparar con el que tiene en Galicia. En su momento, en Balears, todas las instituciones se alinearon para promocionar la Isla. En el caso de Galicia, tengo la impresión de que lo que busca don Juan Carlos es pasar tiempo de calidad cerca de sus amigos.

¿Cómo cree, desde su experiencia, que Palma, Mallorca, Balears, podrían promocionar la cultura? ¿ O cómo lo haría?
— Palma es una ciudad maravillosa y muy abierta que también está viviendo un momento de transformación. Lo que ocurre es que es un cambio en una escala distinta; se ha vuelto una ciudad internacional con una notable proporción de residentes extranjeros y, en consecuencia, está recibiendo influencias culturales que antes no recibía. Dicho esto, cuando hablo con mis amigos, veo que en Palma las dificultades giran en torno al acceso a vivienda, emprender proyectos y salir adelante. Por ello, creo que hay que trabajar para fijar al talento joven, y eso es un trabajo que pasa por apoyar a los proyectos locales ya que estos son el verdadero motor cultural.

¿Cree que un museo de arte contemporáneo en el edificio de Gesa puede ser un gancho para atraer el turismo?
— Creo que es un factor positivo. Aunque si tuviese capacidad, preguntaría a los mallorquines si lo que necesitan es atraer más turismo. Somos una potencia mundial en ese sector, quizá toca reflexionar acerca de los puntos que tenemos que mejorar en otras áreas.

¿Le veremos pronto por Palma?
— Seguramente este verano volveré. En Palma me siento muy a gusto y tengo muchos y buenos amigos.